Marianela Ágreda Armas – Darío Sánchez
García

Las pérdidas rondan
al menos 50%. Y es que en Maracay las panaderías no escapan de la escasez de
harina. La situación obligó a los establecimientos a producir la mitad de los
productos cotidianos y racionar la venta vendiendo 10 panes franceses por
persona. Pan canilla regulado no existe.

Distribución de
harina por los canales regulares, no hay. Los comerciantes consiguen la materia
prima a 3 mil bolívares el bulto de 45 kilos cuando su precio regulado es de Bs
1.040.

Doris Romero tiene
15 años de labores en la panadería Center Pan. No recuerda crisis como esta.
Antes el consumo normal era de 100 sacos de harina al mes. Hoy solo pueden
trabajar con uno diario. Detalló que la producción normal era de 12 bandejas de
pan francés al día, cada una con 120 panes para un total de mil 440 panes. “Hoy
solo se trabaja con seis bandejas al día”.

De los panes dulces
con arequipe o los golfeados solo queda el recuerdo en muchas panaderías. Como
medida para poder satisfacer la demanda de todos los clientes, muchas
panaderías en Maracay regularon la venta del pan francés. Algunas panaderías
expenden 10 y otras 15 panes por persona. Tampoco producen pan para perros
calientes o hamburguesas. Muchos expendedores de comida rápida buscan bajo
cielo y tierra el producto para sus negocios.

La situación
repercute directamente sobre los ingresos en las panaderías donde las pérdidas
se ubican entre 50 y 65 por ciento. “Las ventas cada vez están peores, nuestra
materia prima es la harina y ya casi no tenemos”, aseguró María D’Acosta, quien
no descarta posibles cierres de establecimientos en horarios rotativos.

En San Joaquín

La crisis por la
escasez de harina también tiene en riesgo de cierre definitivo a panaderías
emblemáticas de San Joaquín. Este escenario es increíble para centenares de clientes
que no terminan de asimilar la situación que no solo implica cerrar panaderías
o dejar de comprar pan, sino que conlleva el despido forzoso de empleados y
estanca el emprendimiento de empresarios locales. 

Las panaderías
Andina y Villas del Centro son dos locales distintos, con diferentes filosofías
de trabajo, pero con un problema en común: la escasez de la materia prima.

Ambas ya cerraron
recientemente para sorpresa de muchos. La primera de ellas por diez días y
Villas del Centro por una semana.

En esos diez días
hubo pérdidas de entre 500 y 600 mil bolívares, reconoció Leidy Rodríguez,
encargada.

La Pastelería
Carabobo, emblemática en Valencia, cerró sus puertas esta semana por falta de
insumos.




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