EFE
El papa Francisco calificó el desempleo juvenil en muchos países como una enfermedad social y de escándalo. Pidió que se soluciones con medidas urgentes, esto al recibir a representantes de la Fundación Centesimus Annus ayer jueves.
«La tasa de desempleo juvenil es un escándalo que no sólo pide que sea afrontado en términos económicos sino, y no menos urgentemente, como una enfermedad social, en el momento en el que a nuestra juventud se les roba la esperanza y se desaprovecha su energía, su creatividad y su intuición», explicó.
Francisco deseó que el debate de la conferencia de esa fundación, que se ocupa de reflexionar sobre la doctrina social de la Iglesia católica, pueda «contribuir a generar nuevos modelos de progreso económico orientado al bien común, a la inclusión y al desarrollo integral».
Para Francisco, los efectos de esta economía se perciben también en las sociedades más desarrolladas con el crecimiento del porcentaje de pobreza y con una clase media que se contrae.
El pontífice volvió a arremeter contra la actual «visión económica exclusivamente orientada en el beneficio y el bienestar material».
Una economía «incapaz de contribuir de manera positiva a una globalización que favorezca el desarrollo integral de los pueblos en el mundo, de la distribución justa de los recursos, la garantía del trabajo digno y el crecimiento de la iniciativa privada y las empresas locales«.