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El papa Francisco
llegó a Ecatepec a bordo de un helicóptero que despegó desde una base militar
en el centro de Ciudad de México. El suburbio al norte de la capital es donde
celebrará la misa más multitudinaria de todo su viaje.
Poco
antes, cuando se dirigía al campo militar a bordo del papamóvil, el pontífice
pidió hacer una parada para acercarse a los fieles y se bajó del vehículo justo
donde estaban un grupo de monjas esperando el paso de la comitiva.
Los
guardias de seguridad pidieron silencio al público, que dejara de corear
consignas por unos momentos mientras Francisco bendecía a las religiosas.
Luego
las abrazó y siguió su camino ante cientos de personas que, por tercera jornada
consecutiva, se apostaban junto a las vallas para verle aunque fuera solo unos
segundos.