Dayrí Blanco
Sin Sidor en el mercado de proveedores, con la frontera cerrada y sin la fluidez de dólares necesarios para la compra de materia prima, una nueva paralización se hizo inminente. Una vez más la línea de chapas de Empresa Polar se detuvo por falta de hojalatas de acero. No hay fecha prevista para el reinicio de las operaciones.
30 millones de unidades al día se dejaron de fabricar. Jhonny Magdaleno, secretario general de la planta Metalgráfica, ubicada en la zona industrial de Valencia, detalló que se requiere mil 400 toneladas de acero al mes para mantener la manufactura activa.
Desde Colombia se importa el insumo, cuyo proceso de adquisición ha enfrentado diversos problemas. A la falta de pago a los proveedores internacionales se sumó en agosto de 2015 el cierre de la frontera. El despacho se comenzó hacer con severos retrasos vía marítima, pero actualmente sin hacer las cancelaciones de los pedidos hechos no ha llegado nada de mercancía.
La nómina de 153 personas de la compañía fue enviada a sus casas bajo la modalidad de suspensión laboral establecida en la Ley del Trabajo, con salario básico desde el pasado sábado 2 de abril. No hay fecha de retorno.
Con esta paralización son 17 los negocios de Empresas Polar cuyo personal se encuentra suspendido por falta de materia prima. En Carabobo también pasan por esta situación trabajadores de las líneas de salsa de tomate, mayonesa, avena y detergente.
San Joaquín en cuenta regresiva
En 15 o 20 días las líneas Cervecería Polar, sede de San Joaquín, también podrían detenerse. Con los inventarios de cebada y malteada casi en cero no hay más alternativa. Los últimos despachos que se recibieron a finales de 2015 fue por pago directo a proveedores nuevos con los que no se tiene deuda. Pero este año no ha llegado nada. La nómina en esa planta es de mil 400 personas.
Esa paralización afectará de forma directa a la planta Metalgráfica. La línea dos que elabora gaveras se suspenderá y se agravaría la situación determinada por una caída en la producción que ya se registra en 66,67% al pasar de 600 mil a 200 mil unidades diarias, como consecuencia de las limitaciones en el suministro de polietileno, lo que ha provocado que se trabaje con material reciclado.
