El proyecto uruguayo prevé la instalación de un espacio para carga y descarga. (Foto Archivo)
EFE
El Parlamento del Mercosur (Parlasur) estudió este lunes la instalación de un puerto de aguas profundas en el litoral atlántico de Uruguay, un proyecto considerado indispensable por el Gobierno uruguayo, pero que fue recibido con una amenaza anónima de bomba en la sede de la Cámara.
La sesión, en la que estuvo presente el presidente José Mujica, comenzó con dos horas de retraso después de que se recibiera una amenaza de bomba que mencionaba la construcción del puerto como principal justificación.
Una vez registrado el edificio sede del Parlamento del bloque comercial formado por Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Venezuela, finalmente se pudo reanudar la actividad en la que Mujica ratificó el interés en este proyecto por su importancia para la integración regional.
Durante su intervención ante la cámara, el presidente destacó que este puerto "no es del Uruguay, sino de toda la región" y que es necesario para que ésta pueda adaptarse a un mundo global marcado por la competencia con otros grandes bloques económicos como la Unión Europea, Estados Unidos y China.
Por su parte, el presidente de la Comisión Interministerial sobre el puerto de aguas profundas, Pedro Buonomo, advirtió que el proyecto implicará "una reducción significativa de los costos" del comercio marítimo, que mejorará la respuesta de los países de la región "a la creciente demanda de China".
Buonomo destacó además que el puerto supondrá una opción para el comercio de productos de los yacimientos de hierro de Bolivia, así como de granos de Paraguay, dos países sin costa muy pendientes del proyecto que podría proporcionarles una salida marítima a través de Uruguay.
Paraguay posee un especial interés en la realización del puerto, que le brindaría una alternativa al transporte de mercancías por la hidrovía entre los ríos Paraná-Paraguay-Uruguay y que tiene como destino el puerto uruguayo de Nueva Palmira (sobre el río Uruguay, al oeste del país), según expresaron en diversos encuentros bilaterales con Uruguay las autoridades paraguayas.
Actualmente, el 36 % de la soja paraguaya emplea esta fórmula para el traslado de sus exportaciones, según cifras oficiales de ese país.
Bolivia, que no es un país miembro del Mercosur pero que contó hoy con la presencia de dos representantes invitados a la sesión del Parlasur, también mantiene su fe en encontrar la salida al mar a través del litoral uruguayo, después de haber presentado ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya (CIJ) una demanda contra Chile para que le otorgue una salida soberana al océano Pacífico.
El proyecto uruguayo prevé la instalación de un espacio para carga y descarga de mercancías en barcos de gran calado, que supondría una alternativa a las vías fluviales ya existentes en el río Uruguay o el Río de la Plata.
Está previsto que el puerto se instale en el litoral atlántico del departamento de Rocha, una zona dedicada principalmente al turismo y valorada por sus playas agrestes.
Varias organizaciones ecologistas y vecinales se oponen a la construcción de este puerto, y resisten otras iniciativas de alto impacto ambiental planteadas por Uruguay, como el proyecto de minería a cielo abierto de la empresa india Aratirí, o la instalación de una planta de regasificación en las proximidades de Montevideo.
La sesión extraordinaria del Parlasur fue la primera transmitida de forma simultánea en los tres idiomas oficiales de la cámara: el español, el portugués y el guaraní, que se incorporó como lengua de trabajo del Mercosur en marzo de este año.
La ministra de Política Lingüística de Paraguay -uno de los países donde existen hablantes de guaraní-, Ladislaa Alcaraz, expresó ante el Parlamento de Mercosur su deseo de que la lengua indígena se incorpore "muy pronto" a otras instituciones americanas como la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur).