En diciembre germina la capacidad de compartir. (Foto Archivo/El Carabobeño)

Andrea Cristina Hernández || achernandez@el-carabobeno.com

Nada mejor que la época decembrina para perdonar. Se cierra un ciclo y uno de los ejercicios para oxigenar nuestras emociones es el perdón. En los albores del 2015 vale la pena preguntarse: ¿Necesito perdonar y ser perdonado?

La Navidad es hermosa en sí misma porque celebramos el nacimiento de Dios y se convierte en una herramienta de perdón, alegría, abrazo y reconciliación. ¿Cómo puedes celebrarla si estás enojado con tu hermano?… El año nuevo lo comenzamos con propósitos y no podemos llevar un saco de odio contra alguien, reflexiona el padre Miguel Romero, mientras aguardaba para grabar un mensaje navideño.

En diciembre germina la capacidad de compartir, celebrar y afloran los sentimientos, agrega con una amplia sonrisa monseñor Roberto Sipols, al tiempo que recuerda los 127 bautizos que celebró en Guacara un mismo día, motivado por la unión familiar que prevalece en estas fechas.

«Es cuando más añoramos al amigo que se perdió, al familiar que murió y esas ausencias las sufrimos o las tapamos».

Desde que nacemos venimos con la virtud de perdonar. En el Génesis, el Señor nos dice que somos imagen y semejanza de Él. Dios perdona, nos ama infinitamente, es bondadoso y esas mismas capacidades las tenemos nosotros. El perdón es una virtud que debemos desarrollar, practicar y ejercitarla, llama la atención el padre Romero.

Sin embargo, detalla monseñor Sipols, tenemos que distinguir entre rencor, dolor y perdón. “El rencor te destruye, mata y da cáncer; el dolor es el estrago que hace un daño sobre nuestra vida, eso no lo podemos evitar y se sana con el tiempo y la ayuda de Dios; el perdón es actuar como si algo que ocurrió nunca hubiera ocurrido; perdonar es meritorio y libera”.

La psicología lo considera como una experiencia personal, que requiere tiempo y pasa por altos y bajos. Tiene un comienzo, tránsito y cierre, explica la psicóloga Pura Zavarce, miembro de la Sociedad Venezolana de Psicología Positiva.

Al perdonar, explica la especialista, el organismo libera endorfinas que nos hacen sentir bien y fortalece el sistema inmunológico. Si permanecemos en el rencor, liberamos en exceso cortisol, intoxicando nuestro cuerpo y haciéndonos más propensos a enfermedades.

Se da y se pide

«¡Es una gran equivocación no perdonar! Cuando decimos `te perdono´, nos liberamos y sentimos paz. Tiene un poder que sana y restaura”, insistió el presbítero Romero.

Desde la ciencia, la psicóloga Pura Zavarce coincide advirtiendo que se tienen que abandonar los juicios negativos, el resentimiento incluso la indiferencia hacia el victimario. «Cuando logramos liberarnos, el dolor disminuye, la rabia desaparece y podemos empezar a sentir una enorme paz».

Si nos autoevaluamos, invita a meditar monseñor Sipols, nos daremos cuenta que alguna vez hemos herido a otros. «El perdón es hijo de la comprensión. Todos los seres humanos tenemos margen de error y perdonar es un signo de madurez”. Sin abandonar esa sonrisa escrutadora de la conciencia, recordó su sorpresa cuando descubrió en la clase de química en bachillerato, que todos los instrumentos de medición tienen un margen de error y al finalizar la ecuación había que indicarlo. «A la gente perfeccionista le cuesta mucho perdonar, pero tienen que aceptar que pueden fallar, porque también tienen un margen de error».

La reconciliación es de dos

El perdón, distingue Pura Zavarce también profesora de la Universidad Metropolitana, es una decisión individual. Tú puedes perdonar sin retomar la relación, la reconciliación en cambio es opcional. “Cuando te reconcilias haces las paces, no te distancias y restituyes el vínculo. Se puede perdonar a una persona que ya murió o que no verás nunca más”, añadió.

No quiere decir que hay que tolerar comportamientos inaceptables, como la crueldad o el egoísmo. Tampoco implica justificar el mal comportamiento del otro, ni forzar una reconciliación producto de un deber ser o presión social, enfatizó la psicóloga.

El papa Juan Pablo II es un buen ejemplo, visitó en la cárcel a Mehmet Ali Agca, quien intentó asesinarlo. La emblemática foto abrazándolo registró el momento al perdonarlo, pero no interfirió en el sistema judicial evitando que lo encarcelaran, recordó el padre Sipols. Nelson Mandela quizá sea el modelo más palpable del poder simbólico del perdón: Luego de permanecer en prisión por 27 años, el líder sudafricano eligió perdonar a sus opresores e influir con su ejemplo a que se sanaran las heridas de la sociedad que había sufrido por el Apartheid.

La periodista y escritora Eve Fairbanks lo expresó así en una columna para la revista New Republic: “Que no quede duda: Los logros de Mandela lo ponen junto a George Washington y Abraham Lincoln en el panteón de los raros seres humanos que guiaron a naciones en transición con una visión de otro mundo, que usó su poder no para buscar venganza, sino para crear un nuevo país, fundado en la reconciliación, aun cuando se haya sufrido tanto la persona como su núcleo familiar”.

Momentos que exigen perdón

¿Cómo perdonar si se pierde abruptamente a un ser querido? “Es un proceso duro porque es tan doloroso y grande como la cosa que te daña», reflexiona Roberto Sipols. «No existe sobre la tierra un dolor más grande que le quiten la vida a un hijo» o con engaños lo alejen de ti. “No es fácil», reconoce el padre Romero. Ese dolor de la familia no se puede ignorar, pero para que sane, hay que perdonar. «Muchos me reprocharán, `ese perdón no me devolverá a mi ser querido´. Es verdad, admitió. Pero les aseguro que experimentarán la paz.

Hay que buscar justicia, pero a la vez perdonar. «Todas las familias que han perdido un ser por la violencia -que en nuestro país son muchas- tienen que exigir que se haga justicia. No desmayar, para que no ocurra más, recomienda el sacerdote.

Perdón para la paz nacional

Existen acciones que edifican y perdonar, sin duda alguna, es una de ellas. Para el presbítero Miguel Romero no puede haber paz sin perdón.

Creo firmemente que la reconciliación del país comenzará en la medida que nos perdonemos. En medio de las controversias políticas, económicas y sociales, nunca hemos escuchado a los líderes políticos pedirle perdón al pueblo al cual le han fallado. Nos han dividido causándole daño a la sociedad. También deben perdonarse los adversarios. Cuando esa terapia y ejercicio común exista vendrá la paz sobre Venezuela. Mientras tanto, creo que seguiremos en lucha hasta que haya disposición de parte y parte. ¿Te imaginas a un Presidente o a unos diputados pidiéndole perdón al país? Eso ayudaría muchísimo a que la nación se reconciliara, enfatizó Romero.

Para sentirse en paz

Paso 1: Recuerde la historia: Reviva las sensaciones relacionadas al evento. Comparta con alguien de confianza sentimientos abrumadores y dolorosos

Paso 2: Reconozca que el dolor viene del pasado, el perdón lo dejará atrás: Camine, trote, escuche música, practique algún deporte que lo conecte con emociones agradables

Paso 3: Disfrute de la vida: Cultive buenos recuerdos, honre la historia de esos seres queridos que fueron arrebatados por la violencia. Recuerde la historia no desde la pérdida, sino de lo que se tuvo y se disfrutó

Paso 4: Acepte que también a las buenas personas le pasan cosas malas: Agradezca diariamente todo lo positivo que le suceda.

Paso 5: Abandone la postura de víctima: Busque algo positivo y beneficioso de la experiencia para aprender y sumar sabiduría

Paso 6: Cultive la paciencia y preste mucha atención: Perdonar toma tiempo y la amabilidad con uno mismo es importante para protegernos y lograr liberarnos del dolor

Fuente: Joan Borysenko/Pura Zavarce
Ejercicios prácticos

Para drenar emociones negativas, plasme en una hoja todo lo que siente, sin omitir nada. Luego, rompa o queme esa carta.

Escriba sobre un momento en el cual pidió perdón y lo obtuvo, eso lo ayudará a reflexionar sobre la importancia de perdonar a otros que lo han lastimado.

Si no sabe cómo hacerlo, inspírese en modelos a seguir de personas que hayan perdonado.

Medite y haga oraciones basadas en la reconciliación y el perdón.

Fuente: Pura Zavarce
En Facebook: ¿Es necesario para el reencuentro de los venezolanos?

“Venezuela necesita de perdón y reconciliación para avanzar. ¡Claro que sí! La Navidad es una época especial, deberían hacerlo y Dios tendrá misericordia de nuestro país”. Marifé Vidal

“No solo el perdón. Dejar el fanatismo y pensar en Venezuela”. Milagros Machado

“Hay cosas que el gobierno ha hecho que son imperdonables… ¡Que los perdone Dios!”. Ingrid Zuleima

“No solo el perdón, sino más cerebro para no cometer el mismo error”. Ivonne Valera

“Lo lamentable de todo esto es que dentro del gobierno no hay con quién dialogar”. Alberto Gil

“Debemos dejar atrás lo que nos dividió. Cuando vemos equipos de béisbol que sus jugadores se la llevan bien siendo rivales, ese es un ejemplo». Ybonne Escorihuela




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