Familiares de pacientes de la maternidad pasan el día esperando noticias de los médicos. (Foto Clemente Espinoza)

Cada día, desde el 12 de agosto, Anaís Castro se sienta en las cercanías de la Maternidad de Alto Riesgo “Comandante Supremo Hugo Chávez”, en la Ciudad Hospitalaria Enrique Tejera. Su sobrino sigue internado ahí desde que nació. Han sido dos semanas en los que ella, junto a su familia, ha contabilizado un total de 20 neonatos fallecidos.

Las causas de estas muertes, según relató Castro, siempre son las mismas. Los doctores que dan la mala noticia a los padres reportan una infección respiratoria. Los casos denunciados por ella son de bebés nacidos tras embarazos controlados. La mayoría llegó o incluso pasó las 38 semanas de gestación. Pocos fueron niños prematuros.

Desde que acompaña a su hermano y cuñada a visitar al recién nacido, el día que se reportó más fallecimientos en la CHET fue el viernes 15 de agosto con un total de seis. Castro denunció además que cuando un bebé muere el cuerpo se mantiene en la incubadora hasta ocho horas. Incluso en horas de visita han estado a la vista de los demás padres.

La información que dan los médicos de guardia es muy limitada. A los padres les dicen que entren a ver a sus hijos sin darle mayores detalles de la evolución que han tenido. El sobrino de Anaís, según el informe del neonatólogo que lo recibió en el parto, nació en buenas condiciones de salud. Sin embargo estaría en observación por ser prematuro. Al tercer día les dijeron que se había complicado. Lo trasfirieron a cuidados intermedios y fue conectado a respiración artificial. Ahí estuvo una semana hasta que sufrió un derrame y lo pasaron a la unidad de terapia intensiva neonatal, donde aún se mantiene. Su estado es delicado.

Hasta ahora lo único que les han dicho es que adquirió una bacteria típica de esas unidades. No saben el nombre ni dónde está alojada. La preocupación de la familia se acrecentó hace un par de días, cuando falleció una niña que estuvo un mes internada con la misma clínica que está presentando el bebé.

Todos los exámenes de laboratorio a los que son sometidos los neonatos deben gestionarse en centros privados. El sobrino de Anaís fue traslado por las escaleras hasta el segundo piso de cardiología pediátrica para hacerle un estudio especial, porque los ascensores están dañados.

Luis Pérez tiene a su esposa e hija en la maternidad. Le hicieron cesárea el sábado y la salud de ambas está conservada. Sin embargo, denunció que aunque el recinto tiene óptimas condiciones de infraestructura, similares a las de una clínica, hay hacinamiento. Ha visto hasta tres parturientas en una sola cama. (DB)




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