Dayrí Blanco | @DayriBlanco07
La orden fue dada: entrabar el proceso. Y así se hizo. Desde la Mesa de la Unidad (MUD) en Carabobo lo denunciaron tajantemente y Luisa Cristina lo vivió al pasar seis horas esperando solo para poner sus huellas en una máquina. A ella no le molestó esperar bajo la lluvia. Su indignación al salir de la oficina regional del Consejo Nacional Electoral (CNE) obedecía a todo lo que vio adentro entre “fallas” de los dispositivos y la lentitud como norma entre los operadores de cada una de las ocho mesas dispuestas en el lugar para la validación de las firmas del 1% del Registro Electoral (RE) requerida para la activación del revocatorio presidencial.
Fue un proceso que sumó al final del día 4 mil 9 validaciones en todo el estado Carabobo, 39,8% de lo que la MUD tenía previsto validar. Las estimaciones de la coalición arrojaban que se debía validar una persona por minuto en cada máquina, exactamente 10 mil 080 ciudadanos, pero debido al constante retraso, cada verificación tardó en promedio 2 minutos.
En la única sede habilitada en el área metropolitana de Valencia, ubicada en la sede regional del CNE, sector Padre Alfonso, se validaron apenas mil 760 firmas, cuando las proyecciones de validación a un minuto por máquina indican que podrían haberse validado para este lunes unas 3 mil 360 firmas.
Lo mismo ocurrió en otros puntos de verificación en Carabobo. En Bejuma se validaron 504 firmas, en Juan José Mora 679, en Carlos Arvelo 466, en Montalbán 448 y en Miranda 152. No obstante, debido a que esos puntos son circundados por áreas urbanas de menor población, la afluencia no se vio tan congestionada como en la ciudad capital.
Lento inicio del proceso
En Valencia no importaron los testigos, ni la organización, ni las ganas de las miles de personas que acudieron a cumplir con su derecho. “La operación morrocoy se puso en marcha”, advirtió desde muy temprano el coordinador regional de la MUD, Carlos Santafé. Martín Olavarría lo confirmó al salir de la junta electoral, ubicada en el sector Padre Alfonso de Valencia. Él fue uno de los primeros en llegar. A las 5:30 a.m. ya estaba en el punto de información instalado por la oposición en la avenida Rojas Queipo, donde se hace la verificación con la cédula de identidad de estar habilitado o no para ser parte de la validación y logró entrar en el primer grupo de 600 a hacer la cola formalmente en las puertas del ente comicial.
Cinco horas más tarde salió tras ver cómo una de las máquinas estuvo inoperativa hasta las 10:00 a.m. por problemas con el módem; se les solicitaba a cada elector la lectura de cuatro de sus huellas (los dos pulgares y los dos índices) contrario a lo que establece la norma que especifica que solo se requiere del pulgar derecho; esperar que el lector se secara al ser vulnerable a la humedad de la lluvia; presentarse inesperadas averías de forma constante en los dispositivos que ameritaba una revisión de los técnicos de entre 15 y 30 minutos; y todo eso ante ningún tipo de disposición de los funcionarios de agilizar el proceso.
Atraso orquestado
Se trata de un plan para retrasar cada uno de los pasos previos al referendo, y esta vez se intenta impedir que se completen los números requeridos de validación con una distribución de las máquinas que no se corresponden con la densidad poblacional que debe cumplir con el proceso. Diego Borges, coordinador electoral de la MUD en Carabobo, reiteró que la disposición de los puntos se hizo de la manera como el CNE lo decidió. “No es lógico que entre Montalbán y Miranda haya siete máquinas para menos de 300 personas y en Valencia, ocho para más de 90 mil electores”.
Julio Pérez, director del CNE en la región, también estuvo presente en la jornada del lunes y aseguró que esa distribución de las captahuellas se hizo previo acuerdo con la oposición “ellos pidieron máquinas en municipios más foráneos y eso fue lo que se hizo”. Para él, el tiempo por persona frente al dispositivo es menor “entre 30 y 45 segundos como máximo tarda, a excepción de los ancianos que tienen problemas para que sus huellas sean captadas”.
Enzo Scarano, exalcalde de San Diego, llegó temprano para hacer su validación. Al salir dijo que el proceso evidencia otra violación a los derechos humanos de los venezolanos, “pero no importa Tibisay, aquí estamos todos los carabobeños validando”, mientras que el alcalde de Valencia, Miguel Cocchiola, no pudo hacer lo mismo al ser excluido del sistema por el CNE.
En principio, la MUD había estimado que sólo en la oficina regional de la junta electoral pudieran completar el proceso más de 3 mil 800 personas con el cálculo de una por minuto. Pero la experiencia del primer día de validación indicó que el tiempo promedio es de dos minutos por participante en la jornada, lo que sumado a la serie de fallas y prácticas dilatorias redujo en más de 50% las expectativas. Al mediodía sólo se había logrado 18,42% de la meta con menos de 700 firmas ya validadas.
Aún así, Borges aseguró que el miércoles en todo el estado se lograría el número mínimo de 15 mil 479 validaciones, “pero el proceso termina el viernes 24”.