Dayrí Blanco|@DayriBlanco07
Las cuentas se han ido a menos en casa de Roberto Inciarte. Al preventista de Pepsi-Cola se le ve preocupado al bajar y subir las escaleras a diario con su uniforme de Empresas Polar. “La cosa está dura”, expresa al saludar a un vecino quien no pudo evitar preguntar por la situación de la firma. Los ingresos de este trabajador se han reducido dramáticamente. Todo obedece a las comisiones que ha dejado de recibir porque a la agencia de distribución de Valencia solo llega 50% de la mercancía acostumbrada.
Ahora vende menos. Es poco lo que tiene disponible para sus clientes. Roberto, que no es su nombre real, prefiere proteger su identidad, ha visto cómo son menos las gandolas que llegan al depósito de Carabobo. “Traen solo la mitad y no hay variedad”. Aseguró que se les ha informado de fallas en materias primas esenciales como azúcar refinada.
Desde hace algunos meses se convirtió en un proveedor que no atiende las exigencias de los clientes. “Les llevo lo que tengo. No pueden pedir otra cosa”. Este año solo ha entregado cinco pedidos de agua, ya casi no tiene en inventario refrescos de dos litros y las botellas de vidrio están desapareciendo porque la fábrica de chapas, planta Metalgráfica, tiene más de un mes paralizada.
Señaló que la producción de bebidas de la firma ha mermado en el estado Aragua por diversos problemas sindicales. “Prácticamente en Carabobo dependemos de los que nos traen de Lara y Zulia”.
Desde el sindicato se insiste que no existe ninguna irregularidad. “Aquí hay de todo. Llegan entre ocho y 10 gandolas diarias”, aseguró Héctor Rodríguez, representante de los trabajadores en la región. Pero las neveras y exhibiciones de los comercios dicen lo contrario.
De manera oficial la Asociación Nacional de Bebidas Refrescantes (Anber), comunicó la crítica situación de azúcar refinada, que ha afectado severamente la producción y pleno abastecimiento del mercado nacional.
Se desconoce cuándo se solucionará la situación porque la industria no maneja el procesamiento de ese insumo en el país. Depende de las centrales azucareras y de las autoridades del Ejecutivo.