En algunos quioscos cercanos se vende comida y se permiten apuestas. (Foto Clemente Espinoza)
Luisa Quintero
Vender empanadas parece no ser suficiente para algunos dueños de locales adyacentes al puente de Santa Rosa. Quioscos que antes dispensaban periódicos o uno de los desayunos típicos venezolanos, han incorporado máquinas electrónicas de apuestas.
El dueño de una venta de repuestos cercana comentó que estas máquinas para apostar tienen varios meses funcionando de manera regular. De siete locales que están en esta zona, tres disponen de este método de apuestas para sus clientes desde tempranas horas de la mañana. Un solo local dispone de cuatro máquinas para que cualquiera se siente y pruebe la suerte.
Lugares que se dispusieron para la venta de los principales diarios del país y la región, también complementan sus ventas con productos de higiene personal como papel, toallas sanitarias de distintas marcas o crema dental, discos de música, pastillas vendidas de forma detallada y hasta jeringas, agua oxigenada o algodón.
La Comisión nacional de Casinos, Salas de Bingo y Máquinas Traganíqueles (adscrita desde octubre de 2010 al Ministerio de Relaciones Interiores, Justicia y Paz), es la encargada de fiscalizar la actividad y registro de empresas dedicadas a los juegos de envite y azar.
El alcalde encargado de Valencia, Santiago Rodríguez, precisó que en el municipio están prohibidas estas actividades porque no cumplen con los requisitos necesarios que estipula la ley. Desde la municipalidad solo se realizan labores de vigilancia, denuncia y acompañamiento durante los decomisos que realice la Comisión Nacional de Casinos.
La Ley prevé que en los lugares donde funcione de manera clandestina bingos, casinos o se tengan máquinas que no estén debidamente permisadas, se procede a su decomiso y traspaso al Ministerio Público para que dicte las sanciones y medidas correspondientes a los implicados en las actividades consideradas ilícitas.
