EFE

El presidente del Gobierno español en funciones y líder del PP (centroderecha), Mariano Rajoy, medita estos días la respuesta que dará a los liberales, que exigen varias reformas para apoyar su continuidad al frente del Gabinete.

 Rajoy ha convocado para el miércoles 17 una reunión del Comité Ejecutivo de su partido, partidario en principio de dar el sí a las propuestas de los liberales de Ciudadanos en materia de regeneración democrática.

Desde su retiro vacacional en Galicia (noroeste), Rajoy dijo este domingo que no adoptará ninguna decisión acerca de las seis condiciones planteadas por Ciudadanos para votar a favor de su investidura, hasta «escuchar a todo el mundo» en el Comité Ejecutivo del PP, que congrega a cerca de noventa dirigentes.

El pasado miércoles Rajoy se reunió con el líder liberal, Albert Rivera, quien, a cambio de su apoyo, le pidió que ningún cargo público imputado ocupe puestos en el Ejecutivo o en el Parlamento, así como una nueva Ley Electoral que atribuya escaños de modo más proporcional y acabar con los indultos por corrupción política.

Asimismo, Ciudadanos quiere limitar los mandatos a ocho años; una comisión de investigación sobre la presunta financiación irregular del PP y suprimir que los cargos públicos imputados no sean juzgados por los tribunales ordinarios.

Rajoy respondió con la convocatoria de su Ejecutiva para una semana más tarde, sin comprometerse, aunque varios dirigentes del partido ya han avanzado que votarán a favor de los requisitos de los liberales, para intentar garantizar la formación de gobierno.

Si el PP está a favor de las exigencias de Ciudadanos lo primero que tendrá que hacer es fijar la fecha del debate de investidura en el Congreso, que podría ser en la última semana de agosto o la primera de septiembre.

Sin embargo, el eventual respaldo de los liberales no sería suficiente para mantener a Rajoy al frente del Gobierno español, ya que las elecciones de junio pasado dieron al PP 137 escaños y a Ciudadanos 32, lo que suma 169 diputados, mientras que para tener la mayoría absoluta son necesarios 176.

Eso en una primera votación de investidura, porque en la segunda sería suficiente la mayoría simple – más síes que noes -, pero hasta ahora el resto de grupos se mantiene en el rechazo expreso a Rajoy.

Los comicios de junio fueron una repetición de los celebrados en diciembre de 2015 y que dieron un Congreso fragmentado en el que los partidos fueron incapaces de un acuerdo para formar gobierno y el único que lo intentó, el socialista Pedro Sánchez, sólo logró 131 escaños.

Por eso si se confirma el acuerdo entre PP y Ciudadanos las miradas se dirigirán al PSOE, anclado en el «no» a Rajoy, aunque algunos dirigentes se han pronunciado a favor de abstenerse para que haya Gobierno y se eviten las terceras elecciones en un año.

Hoy Rajoy recurrió a ese argumento y subrayó ante los periodistas que el crédito de España en el extranjero quedaría «muy dañado» si se celebran unas terceras elecciones generales.

«Sería una magnífica forma de que todos hiciéramos el ridículo», dijo Rajoy, quien también apremia con el hecho de que, si no hay Gabinete, no se podrían aprobar los Presupuestos Generales del Estado para 2017 y se tendrían que prorrogar los actuales.

Pedro Sánchez, a quien el PP negó su apoyo cuando en marzo pasado acudió a la investidura en el Congreso, le devuelve ahora la misma moneda con la idea de que el PSOE es la alternativa al centroderecha y no puede mantenerle en el poder.




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