Dayrí Blanco | @DayriBlanco07 / Alfredo S. Flores | @alfredoflores96

Cuando María leyó la lista de insumos y medicinas que debía llevar a la Maternidad del Sur solo para que atendieran su parto no pensó que las complicaciones serían aún mayores que el gasto que tenía que hacer. Como pudo metió en una bolsa 15 pares guantes, unas cuantas compresas, ocho soluciones, alcohol absoluto y tres tipos de suturas que antes de ingresar al quirófano le pegaron con adhesivo en el brazo. Todo sin tener los mínimos cuidados sanitarios. Ella no sabe de eso. Tampoco sabía que en el lugar no existen las condiciones de salubridad apropiadas para un recién nacido y así fue como su hijo se convirtió en el primer caso de miasis umbilical en el Hospital Materno Infantil Dr. José María Vargas de Valencia.

El niño no solo podría ser el primer caso en el centro de salud, sino también en Venezuela, pues una especialista de la institución quien prefirió resguardar su identidad, informó que en sus 22 años de labor, nunca había escuchado que un caso semejante se presentará en algún hospital. “Esto es probablemente un hecho inédito en la historia médica de Venezuela”, lamentó.

En la institución, conocida como la Maternidad del Sur, las áreas están llenas de insectos, debido a que desde hace más de tres meses el sistema de aire acondicionado está dañado, alertó Julio García, presidente del Colegio de Enfermeros de Carabobo, quien explanó que la patología del neonato obedece a una enfermedad parasitaria ocasionada por larvas de mosca que afecta los tejidos y órganos de vertebrados.

El domingo en la mañana se detectó la presencia de la infección en el niño por el equipo médico. Solo tres días de nacido tenía el bebé al momento del hallazgo. En los procedimientos se le extrajeron más de 80 larvas de mosca del cordón umbilical. A María (nombre ficticio de la madre) se le recomendó llevar anís estrellado para el tratamiento a falta de antibióticos tradicionales.

Contaminación inaceptable

Según el padre del recién nacido, quien confesó sentir mucha molestia al enterarse de la situación, su esposa le relató que en el interior del Quirófano el olor es putrefacto y la presencia de moscas y zancudos es abundante.

El hombre expresó que ni a los perros los tratan de manera tal, pues hasta las clínicas veterinarias respetan las normas correspondientes de resguardo sanitario. Considera que la responsabilidad es del director de la maternidad, Wladimir González, quien a su juicio, además de haber descuidado las instalaciones del hospital, ha permitido que los insumos que ahí escasean, abunden en los comercios informales ubicados en el exterior de la maternidad.

“Da impotencia ver que quien vende empanadas es el mismo que vende los guantes, el pitocin y las inyectadoras”, relató el padre del neonato afectado por la infección que, según especialistas consultados, hasta la fecha sólo se presentaba en zonas rurales y en animales salvajes.

Ameliach es responsable

Sus otras dos hijas mayores nacieron en el lugar hace 10 y 8 años, y para la fecha la situación no era tan crítica. Explicó que desde que asumió el gobernador Francisco Ameliach la administración del centro de salud, prácticamente lo ha destruido: “Nunca se acerca a los hospitales ni a las comunidades, es un gobernante de oficina, que se ha empeñado en mandar desde Caracas”.

Confesó que su esposa se ha visto muy afectada emocionalmente, preguntándose porqué le tocó justamente a ellos atravesar esa situación, no obstante la mujer ha sido firme en pedir que los responsables respondan ante la justicia.

Para que así sea, la familia ya se dirigió a la Fiscalía para denunciar la situación y mañana irán a la medicatura forense para solicitar una investigación. “Esperamos que los estudios se realicen en la maternidad, pues movilizar al niño en ese estado es un riesgo para su salud”.

Niegan lo innegable

Entretanto el presidente del Colegio de Enfermeros coincidió con el padre del neonato, al responsabilizar al director de la maternidad, Wladimir González, de la situación que evidencia la crisis humanitaria que se vive en el país. Aseguró que desde hace varios meses se denunció al funcionario lo que estaba pasando y su respuesta para desmentir al personal fue que pagaría mil bolívares por cada mosca. “Ahora queremos saber cuánto pagará por cada forma parasitaria. Esto es imperdonable”.

En el hospital no hay agua potable ni químicos para la desinfección de los equipos, ni materiales de protección como mascarillas y guantes. Por eso el 80% de lo que se requiere para atender un parto o una cesárea se le solicita a los pacientes, hecho que representa un riesgo, pues no cualquiera puede vender los insumos ni trasladarlos debido a que deben mantenerse estériles.

Desde 15 mil hasta 80 mil bolívares gastan los familiares para comprar la lista de implementos necesarios para hacer el procedimiento, incluyendo los análisis clínicos externos que deben hacerse porque desde hace dos meses no funciona el laboratorio de la maternidad.

Los precios no le importaron a María cuando decidió dar a luz en el hospital, hizo el esfuerzo primero por pagar los gastos y luego por dar a luz sudando sin parar debido al calor y observando cómo los médicos espantaban las moscas de su cuerpo. Ahora lo único que desea es poder ver a su hijo recuperarse y ver pagar a los responsables de que su vida y la del recién nacido se hayan puesto en riesgo por la irresponsabilidad del gobierno y del director del hospital.




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