Sara Pacheco
El menor de la familia Romero Reyes cumpliría nueve años el pasado día de las madres. Para el sábado había pautado una reunión con sus amiguitos del colegio. Todos de su salón de tercer grado de la Unidad Educativa Nuestra Señora de Begoña.
El miércoles cuatro de mayo, mientras desayunaba en el receso, la arquería de futbol de la cancha de la institución le cayó en la cabeza. Causándole la muerte instantánea. Aun los niños que presenciaron la escena se encuentran impactados, de acuerdo a versiones de varios representantes. Las clases continuaron con normalidad ese día, tras una semana de duelo, el ambiente se mantiene como si nada pasó.
Algunos padres aún temen mandar a sus niños a clases. No se sienten seguros. “Sabes qué se siente que lleves a tu hijo a las ocho de la mañana al colegio y a las nueve te digan que falleció”, comentó una de las representantes durante una protesta pacífica fuera de la institución, donde, en apoyo a la familia del menor y por la seguridad de sus hijos, mantuvieron consignas que mostraban mensajes como: el problema es de todos.
Aquí los pasamanos no son seguros, no hay rampas de frenados, hay escaleras obsoletas, uno de los pisos se mueve. Hay muchas cosas que fallan manifestó Yelitza Noguera. La arquería era una bomba de tiempo. Según Bernabé Rúa, desde el año pasado estaba fallando, de hecho escuchó de ex alumnos que incluso estiman que la falla estaba presente desde hace varios años.
Los representantes preocupados no buscan el cierre de la institución, exigen una inspección por parte de organismos de seguridad ciudadana, como bomberos o defensa civil. Ya enviaron peticiones a estos organismos. Aunado a eso, sienten, que las autoridades del colegio no han adoptado la postura necesaria frente a una situación de este tipo. No se han realizado asambleas. La mayoría se enteró por rumores o cuentos de terceros.
“Mamá tienes que hablar con una señora policía”
El hijo de Yaraima Carpavines, quedó atrapado entre la malla de la arquería que golpeó a Jesus Alberto Romero. Su niño le entregó una citación del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), departamento de homicidios, cuando llegó a su casa, en horas del mediodía. Durante el transcurso de la mañana no recibió llamadas de la institución, así que el documento fue una sorpresa.
Cuando llegó al sitio me hacen esperar, todavía desconocía lo que había pasado. Esperé y llegaron los padres de Jesús, cuando los ví, me les acerqué y les pregunté ¿qué hacían allí?. ‘¿No te has enterado?’, me respondió la mamá, es cuando me dice que su hijo había fallecido. Para que le entregaran el cuerpo, mi hijo tenía que declarar, explicó, pero esa misma declaración no procede para una denuncia.
“Hoy día mi hijo sufre las consecuencias. En las noches se orina a raíz del accidente”. Lo mismo contó el señor Rúa. Otra representante presente afirmó que su hijo, en cambio, se cubre la cara y se altera cada vez que pasan frente a la funeraria donde fue velado Jesús.
“Las autoridades de la institución estaban en ese momento en el Cicpc, ¿Tú crees que se acercaron?”, sentenció Yaraima.
El hecho
Versiones preliminares afirmaron que Jesús se encontraba guindado de la arquería cuando sucedió, sin embargo, fue desmentido por los representantes en protesta.
El niño se encontraba desayunando debajo de la cancha con otros cuatro compañeros, otro estudiante de la institución se recostó de uno de los extremos, cayendo inminentemente. Los otros cuatro niños lograron moverse, quedando en la malla, pero Jesús no pudo moverse. Una de las maestras intentó levantar rápidamente la arquería, pero no podía con el peso, así que fue impulsada por trabajadores de la cantina y estudiantes de quinto año.
