Luisa Quintero

Viajar en autobús siempre ha representado cierto riesgo para
la persona que aborda la unidad. Las pocas revisiones de seguridad que se
realizan en el terminal Big Low Center para abordar el transporte representan
mayores posibilidades de robo en las vías.

Carmen León esperaba para visitar a sus familiares en Puerto
Cabello. Mientras avanzaba la cola, observó que en pocas unidades revisaban al
pasajero con detector de metales, o se realizaba una simple inspección de
equipaje de mano. La autopista hacía esa población siempre se ha prestado a los
robos, por lo que conductores y choferes deberían estar más pendientes de quien
ingresa al autobús.

Solo pocas unidades habilitadas hacia Falcón o Vargas
examinaban a los pasajeros antes de subir. Jacinto Reyes, quien esperaba para
partir hacia Caracas se extrañó de la poca revisión. En Semana Santa, los
colectores que no disponían del detector de metales inspeccionaban los bolsos
de cada pasajero pero ahora no es así. Dejan ingresar a cualquiera y el resto
de las personas debe viajar con el susto de ser robado.




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