AFP

Rosa Rodríguez, la lanzadora de martillo que se coronó a
finales del pasado mes como campeona panamericana, tiene ahora como reto poder
acceder por primera vez en su carrera a la final del Mundial, en Pekín, después
de su progresión de los últimos meses.

El sueño de la primera medalla mundial para el atletismo
venezolano parece todavía un poco lejos, pero sí que parece probable que
Rodríguez pueda entrar entre los finalistas de la prueba, confirmando que está
entre las mejores de su prueba en este momento.

Rosa Rodríguez se colgó la medalla de oro en el lanzamiento
de martillo de los Juegos Panamericanos de Toronto, el pasado 22 de julio,
llegando a 71,61 metros, lo que le valió un momento de popularidad, miles de
felicitaciones y el mayor éxito de su carrera hasta ahora.

La lanzadora larense llega al Mundial en China como la
décima mejor de la temporada en su prueba, gracias a los 73,06 metros que
alcanzó a mediados de mayo en Zagreb, acercándose a su plusmarca personal de
73,64 metros, que alcanzó hace dos años en Barquisimeto.

Venezuela sigue intentando progresar en este deporte,
después de su buen papel en los Juegos Olímpicos de Londres-2012, donde su
relevo masculino 4×400 metros planos llegó a la final y terminó séptimo.

En el Mundial de Moscú-2013, un año más tarde, tanto ese
relevo 4×400 como José Gregorio Peña en los 3.000 metros obstáculos estuvieron
a un paso de la final, pero no lo consiguieron y la única final mundial con
presencia venezolana fue la de los 1.500 metros de Daegu-2011, donde Eduar Villanueva
fue octavo.

La espina de Moscú

Rosa Rodríguez quedó igualmente cerca de la final del
lanzamiento de martillo en Moscú-2013, con 69,35 metros, a apenas 51
centímetros de acceder a la última ronda.

Se quedó entonces en la ronda de calificación y no ocultó su
decepción porque se sentía capaz de entrar en la final en la capital rusa.

«No se dio lo que esperaba, la competencia no fue como
yo esperaba que fuera para mí, pero se hizo lo que se pudo. En el último
intento quería llegar más lejos y poder hacer una buena marca. Me había puesto
presión porque sentía que había que tirar más de setenta», explicó
entonces.

También se había quedado en las calificaciones en sus dos
anteriores Mundiales, en Osaka-2007 con 61,77 metros y en Berlín-2009 con 65,88
metros. En sus únicos Juegos Olímpicos, los de Londres-2012, llegó a 67,34
metros, pero también fue insuficiente para entrar la final.

Conseguirlo ahora en su cuarto Mundial será la obsesión de
Rosa Rodríguez, consciente además de que gran parte de las miradas y esperanzas
de su país de hacer un papel digno dependen de lo lejos que llegue su martillo.

La venezolana entrará en la competición de Pekín-2015 el
miércoles 26 en las calificaciones y si accede a la final competiría un día
después, el jueves 27, donde la gran favorita al oro será la polaca Anita
Wlodarczyk, autora de las seis mejores marcas de la actual temporada, la mejor
de ellas de 81,08 metros.




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