(Foto Archivo)

EFE

El secretario general de Unasur, Ernesto Samper, se mostró a favor de la normalización de las relaciones entre Venezuela y España, sobre la base del «respeto a la institucionalidad» venezolana, en una entrevista con Efe en Buenos Aires.

En el reciente conflicto entre Venezuela y España, «creo que sería interesante que hubiera una normalización de las relaciones», «a muchos nos interesa una buena relación con España», dijo el secretario de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur).

Las relaciones de España y Venezuela, marcadas por altibajos en los últimos años, volvieron a enturbiarse en abril, cuando ambos Gobiernos llamaron a sus respectivos embajadores tras las descalificaciones que el presidente venezolano, Nicolás Maduro, hizo del Gobierno español.

Samper, también expresidente de Colombia, rechazó injerencias externas en Venezuela y cuestionó la actuación de algún expresidente próximo al llamado «Club de Madrid», como el español Felipe González, en la situación interna de Venezuela.

«A ninguno de los que hemos tenido responsabilidades de Estado, por lo menos en mi caso, le hubiera gustado que le vinieran a decir qué tienen que hacer las instituciones o cómo tienen que funcionar, por difíciles que sean las circunstancias», afirmó Samper, que se encuentra en Argentina para presentar el proyecto de la Bienal de la Unasur.

«Quienes hemos sido jefes de Estado y sabemos lo que es tener la responsabilidad de manejar un Estado, deberíamos entender que la mejor forma de contribuir a que temas como este se solucionen, como el de Venezuela (…) es asegurar que las instituciones funcionen», insistió.

Cualquier tentación de injerencia externa en el caso de Venezuela, «lo que hace es complicar y no solucionar», agregó el expresidente colombiano, que consideró que este planteamiento fue «entendido y aceptado» en la reciente Cumbre de las Américas, celebrada en Panamá, y «ha contribuido a rebajar a tensión que se estaba viviendo» en el país.

Samper confirmó que Unasur enviará a Venezuela una «misión de acompañamiento electoral» que fue solicitada por el propio Gobierno de Nicolás Maduro.

Tras la convocatoria formal de las elecciones legislativas en Venezuela, «habrá una presencia institucional de Unasur que de alguna manera servirá de interlocutora entre las distintas fuerzas que estarían enfrentadas, tanto del Gobierno, como de la oposición», puntualizó.

A su juicio, el mayor problema de Venezuela es económico, tras la caída del precio del petróleo y el desabastecimiento, y Unasur trabaja para impulsar redes regionales de distribución para la población.

La labor de Unasur en el país suramericano se desarrolla fuera del «debate mediático» y «sin tomar partido» por ninguna de las partes, porque «nuestro partido es la democracia en Venezuela, el debido proceso de las personas que están siendo procesadas y las posibilidades que haya un abastecimiento rápido y eficaz, que es lo que le interesa a la mayoría de los ciudadanos venezolanos», puntualizó.

La Unasur, dijo, mantiene contacto con las autoridades judiciales venezolanas y realiza «de manera permanente un monitoreo de la situación de los Derechos Humanos».

La mediación de Unasur en el caso venezolano no es nueva, según Samper «un grupo de personas en la sombra trabajamos para la normalización de relaciones con Estados Unidos que se dio».

Se refirió también a los desafíos del organismo y de la región que, a su juicio, no presenta riesgo de ruptura, aunque debe enfrentar el problema de la exclusión social y la desigualdad.

Otra de las «amenazas», en su opinión, se deriva de las existencia de enclaves militares extranjeros en la región, como la base estadounidense de Guantánamo, en Cuba, o el caso de las islas Malvinas, bajo soberanía británica.

«Son como una piedrita en el zapato de las relaciones de la región con Estados Unidos y Gran Bretaña. Estos temas, que son casi obsoletos o anacrónicos en un planteamiento de postguerra fría, deberían resolverse amistosamente pero siguen siendo una piedrita en el zapato», lamentó.

Samper defendió la salud de Unasur frente a las críticas por su falta de peso como organismo regional y subrayó que es una entidad «eminentemente política».

«La diferencia entre Suramérica y Europa es que nosotros somos una región que está buscando hacer una integración y Europa es un proceso de integración que está buscando ser región», concluyó.




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