EFE

Con varias películas en
producción como “Snowden”, dirigido por Oliver Stone, y tras su éxito como
protagonista en “The longest ride”, su progresión va en aumento. Con el
apellido a cuestas, está dispuesto a llegar a la cima de Hollywood a base de
juventud, trabajo, tesón y talento.

Recién cumplidos los 30, Scott
Eastwood es mucho más que el hijo de un mito de Hollywood, es todo un actor de
carácter que se está labrando un futuro a golpe de trabajo, talento y esfuerzo
y que cada vez tiene mayor reconocimiento en la industria.

El pasado año con su papel en
“The longest ride”, en la que hacía de un “cowboy” que se dedicaba al rodeo,
enamorado de una universitaria que soñaba con trabajar en una galería de arte,
las críticas le colocaron en lo alto y parece que no quiere bajarse.

“La película va sobre el
sacrificio. De hacer lo que quieres hacer y, a la vez, sacrificarte por la
persona a la que amas”, comentaba Scott en una entrevista publicada en la
revista española ¡Hola! , sobre su primer gran papel protagonista.

A pesar de ello y, para mostrar
que en la meca del cine no se vive de un apellido, Scott Eastwood también sabe
sufrir y recoge los contratiempos con deportividad, después de saberse que
pretendía el papel del joven Han Solo, de la saga “Star Wars”, en una nueva
precuela que se está cociendo en Hollywood y que, finalmente, le fue concedido
al actor estadounidense Alden Ehrenreich, de 26 años, según confirmaba la
revista Variety.

El filme, que dirigirán juntos
Phil Lord y Chris Miller, no tiene aún título oficial pero parece que la idea
es que se estrene en primavera de 2018, y aunque no contará en principio con la
participación de Scott, el actor sigue con una frenética actividad.

Ahora está en postproducción de
uno de los filmes en los que ha participado recientemente, “Suicide squad”, una
nueva entrega de superhéroes, y también está inmerso en el rodaje de una de las
franquicias más rentables en Hollywood, la de “Fast furious”, que va por su
octava toma y en la que el hijo del director y actor Clint Eastwood participará
con un papel importante.

El apellido de su madre

Su nombre real es Scott Reeves
Clinton y nació en la localidad de Carmel, de la que su padre fue durante
varios años alcalde, ubicada en el condado de Monterrey, en California, EE.UU.

Es el cuarto de los ocho hijos
del director y actor, y el mayor de dos hermanos de la asistente de vuelo
Jacelyn Ann Reeves, con quien el ahora octogenario director mantuvo un romance
de larga duración.

Según los biógrafos de esta
leyenda viva de Hollywood, siempre fue un gran mujeriego a quien se le han
conocido romances con muchas actrices y mujeres relacionadas directamente con
la industria cinematográfica, como Catherine Deneuve, Jill Banner, Jamie Rose o
Jean Seberg.

Scott, al igual que su hermana
Kathryn Reeves, nacieron cuando Clint aún estaba unido sentimentalmente y
cohabitando con la actriz Sondra Locke, con quien convivió durante cerca de
catorce años porque ella no se separó de su marido, Gordon Anderson, reconocido
homosexual. Tanto Scott como Kathryn fueron conocidos públicamente como hijos
del cineasta en el año 2002.

Criado en Hawai, no es de
extrañar que, antes de convertirse en lo que es hoy, trabajara en la
construcción y en empleos como camarero o aparcacoches y que, al principio de
su carrera, utilizara el apellido de su madre participando en filmes como
“Flags of our fathers”, en 2006, dirigido por su padre;  “An American Crime” (2007) o “Gran Torino”
(2008) también bajo la batuta de su progenitor.

Pero aunque pueda parecer un
problema, el actor confesaba en una entrevista con la revista Elle sobre su
infancia: “He sido muy feliz. Crecí cerca del mar y eso ha sido lo que
realmente ha dado forma a mi vida. Tengo la necesidad constante de estar cerca
del mar para sentirme en calma. El océano te da una paz interior única sin la
que yo no sé vivir”.

A partir de 2009 ya introdujo en
su currículo el apellido Eastwood, aunque ha reconocido en varias entrevistas
que no le ha venido el trabajo de forma fácil, y en “People” argumentaba: “Para
ser honesto, a mi padre nunca le ha importado si yo era fontanero o si era
actor. Solo me dijo que lo que hiciera, lo hiciera bien, y que fuera humilde y
trabajara duro”. Aunque también reconocía en otra ocasión que consideraba a su
padre como “mi gran referente”.

Después vendrían otros filmes,
entre ellos “Invictus” (2009), junto a Morgan Freeman y Matt Damon;  “Trouble with the curve” (2012), en la que su
padre participaba en la producción; “Texas Chainsaw 3D” (2013) o  “Fury” (2014), hasta que le llegó el éxito
con la mencionada “The longest Ride”. Ahora está pendiente también del estreno
de “Snowden” bajo la dirección de Oliver Stone.

Además, Scott ha sabido que su
físico podría abrirle otras puertas, al margen de su pasión por las tablas, y
trabajó como  modelo para firmas como
Hugo Boss, Abercrombie o para un perfume de Davidoff.

Un hombre de fuerte carácter para
quien, según confesaba a la revista “Elle”, su mujer ideal debe ser: “Fuerte
como una roca. Alguien con la que pueda construir una familia sólida por la que
no me cueste renunciar a nada. Me encantaría tener una única mujer y varios
hijos. Por eso es algo que haré con calma. No quiero precipitarme”.

Ahora, en la cresta de la ola,
con solo 30 años, muestra al mundo la imagen de un chico a  quien le gusta la pesca, el surf y el
submarinismo y que dispone de un físico espectacular y un recorrido artístico
en progresión, que lo pueden convertir en un nuevo icono de la industria de Hollywood
y del mundo publicitario.




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