EFE

Con 100 escasos milímetros de lluvia al año y una gran tasa de evaporación debido a las altas temperaturas, los Emiratos Árabes Unidos, EAU, andan sedientos de un recurso para ellos mucho más importante que el petróleo: el agua dulce, para abastecer a sus 9,5 millones de habitantes y casi tres de turistas. 

Así lo reconoce Sultán Al Jaber, ministro de Estado de EAU, y enviado especial de Agua y Cambio Climático de una zona del planeta donde los acuíferos apenas se recargan y la situación es susceptible de empeorar por el calentamiento, según advirtió una reciente investigación publicada en Nature Climate Change, que consideró que el Golfo se puede tornar inhabitable a finales de siglo. 

En ese contexto, los Emiratos buscan atraer a los mejores investigadores del mundo expertos en técnicas para estimular las nubes para que les ayuden a incrementar la cantidad de lluvia que cae de las mismas.  Para ello han creado el Premio de Investigación para la Mejora de la Lluvia, dotado de cinco millones de dólares que en su primera edición se repartirán tres científicos ganadores: Musataka Murakami, investigador de la Universidad de Nagoya (Japón); Linda Zou, del Instituto de Ciencia y Tecnología Masdar en Abu Dabi, y Volker Wulfmeyer, director del Instituto de Ciencias Físicas y Meteorológicas de la Universidad de Hohonheim (Alemania). 

El premio, otorgado durante la Semana de la Sostenibilidad de Abu Dabi, ha recibido un total de 78 propuestas científicas de 25 países distintos, entre ellas dos de España, que los organizadores prefieren no revelar en tanto que podrán concursar de nuevo en la segunda edición, que acaba de abrirse. 

No obstante, la ciencia para la mejora de la lluvia no es nueva en los Emiratos, que desde 1990 cuentan con un Programa Nacional de Investigación dedicado a esta materia, en el que, desde 2001, cuentan con la colaboración de NASA y del Centro Nacional de Investigaciones Atmosféricas de Estados Unidos, en Boulder (Colorado). 

El programa está gestionado por el Centro Nacional de Meteorología y Sismología, perteneciente al Ministerio de Asuntos Exteriores. 

Al día de hoy, cuenta con 60 estaciones meteorológicas estratégicamente distribuidas por todo el país, una red de seguimiento atmosférico y seis aviones del tipo King Air C90 dotados con la última tecnología y equipos especializados en estimulación de las nubes e investigación atmosférica en el aeropuerto de Al Ain (en el Emirato de Abu Dabi, cercano a la frontera con Omán). 

Alya Al Mazroui, la responsable del programa, explica que los procesos para estimular las nubes requieren 72 horas de preparaciones y condiciones meteorológicas apropiadas. 

Una vez dadas, los pilotos ascienden una media de dos mil 500 metros sobre la superficie para alcanzar las nubes, en las que inyectan llamaradas que contienen una mezcla de estas sales: cloruro de potasio, cloruro de sodio, y cloruro de calcio.




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