Dayrí Blanco
Nunca antes la oferta fue tan reducida. Solo dos de 10
fábricas de bolsos escolares sobreviven a la crisis económica en Carabobo. Sin
insumos para producir este año, el 80% de las empresas del sector bajaron sus
santamarías, y las que aún se mantienen en el mercado trabajan a menos del 40%
de su capacidad.
Los inventarios de materia prima están en cero. No hay
hilos, telas, lonas, plástico, pegamento ni tintas. La mayoría de los
materiales son importados, y desde la paralización del sistema de subastas
semanales del Sicad II a finales de 2014, no se cuentan con dólares para el
pago a los proveedores internacionales, detalló Julián Peña, gerente de compras
de una de las fábricas activas.
El único insumo nacional que recibían era el hilo. Desde
hace 18 meses la variedad comenzó a mermar. «No nos despachaban los
colores y medidas que pedíamos». Este año solo les llegó negro hasta que
la empresa también decidió cesar operaciones.
La consecuencia directa de esta crisis es el cierre de
fábricas y la paralización del 65% de las líneas de producción. Entre las dos
compañías que aún manufacturan bolsos escolares en Carabobo existe una
capacidad instalada de seis mil unidades mensuales que distribuían en
establecimientos de los estados del centro del país. Ahora solo colocan en el
mercado dos mil.
Uno de los productos de mayor demanda durante la temporada
escolar son los bolsos plásticos que exigen en colegios públicos. Pero no hay
material para elaborarlos. La falla inició hace dos años y ya los inventarios
están en vacíos. Las líneas de maletas están suspendidas desde hace más de 10
meses.
Pero solo la producción se detiene. Los precios siguen su
comportamiento ascendente. Durante el último año se incrementaron en más de
200%. Un bolso escolar mediano pasó de mil 500 bolívares a tres mil 480, los
grandes variaron de dos mil 300 a cuatro mil 850, y las mismas maletas pequeñas
con diseños infantiles que en 2014 costaban dos mil 500 se exhiben hasta en
siete mil 800.
