Decenas de clientes abarrotaron el Bicentenario. (Foto Andrews Abreu)

Dayrí Blanco

Los sábados ya no son los mismos. Ya no son días para descansar o planificar una salida familiar. Eso es historia. Ahora ese, y cualquier día libre, es sinónimo de lucha contra la escasez. Largas horas de cola por productos por los que antes se podía elegir entre variedad de marcas y características. Se trata de una crisis que no distingue entre establecimientos públicos y privados, ni en tendencias políticas o posición económica. Supermercados estatales, de origen asiático y pertenecientes a las grandes cadenas nacionales lucieron repletos el sábado de personas de diferentes zonas de Carabobo, quienes cuestionaron esta crisis, que para la mayoría es inédita.

Ana Colmenares tiene 63 años y no recuerda haber pasado por una situación similar. Desde las 3 a.m. se le vio parada a las afueras del Abasto Bicentenario de El Trigal Sur. Su número de cédula termina en 2, así que le correspondía hacer su compra. Era la tercera vez que acudía a ese lugar, pero la primera vez que seguía ahí pasado el mediodía sin haber adquirido nada. A esa hora ni siquiera había podido entrar al establecimiento.

Tenía en el antebrazo marcado el número 256, pero funcionarios de la Guardia del Pueblo le entregaron un cartón rojo con el 322. Mientras esperaba comentó con sus compañeras de cola que siempre votó por el presidente fallecido Hugo Chávez e hizo lo mismo con Nicolás Maduro. “Pero estoy arrepentida. No es justo que tenga que pasar por esto para poder comprar comida que es una necesidad básica”, su comentario fue interrumpido por la potente voz de un uniformado castrense que les indicó que la venta se haría hasta las 4 p.m. y que ya se había terminado la carne. Así que sus posibilidades de compra se redujeron aún más.

En el Bicentenario de la avenida Bolívar Norte, muchos clientes se sorprendieron al ver que no había cola como usualmente se forma en las puertas del centro comercial. Pero la estrategia del día fue darle acceso a todos los consumidores ansiosos que desde las 7 p.m. estaban en el sitio. El lugar colapsó. En ambos negocios vendían por persona tres kilos de pasta; dos de arroz, harina de maíz precocida y azúcar; tres paquetes de dos kilos cada uno de carne; dos litros de aceite, un kilo de margarita y uno de leche. La mayoría de los anaqueles estaban vacíos. La Guardia del Pueblo custodia estos locales.

La cacería no cesa. A las 2 a.m. Estela Mujica llegó a una farmacia cercana a su casa, al sur de Valencia. El rumor de que venderían pañales a las 8 a.m. no le permitió dormir tranquila. Le dejó su hija de un año a su mamá y decidió sumarse a otras 200 personas que ya estaban en la cola. Ahí estuvo por casi ocho horas hasta que el gerente de la tienda informó que no tenían el producto en inventario. Pero la escasez y la necesidad no dan tregua. Al escuchar que en un supermercado de propietarios asiáticos llegó harina de maíz, aceite y leche en polvo, no lo pensó y se fue hacer otra cola sin saber que llegaría tarde. A las 2 p.m. cuando estaba por llegar a la puerta se había agotado todo.

Historia similar vivieron quienes hacían cola en Makro y diferentes supermercados privados de San Diego, Valencia y Naguanagua. Tras más de tres horas de espera, las personas vieron como el poco inventario de productos de primera necesidad se agotó.

“Si en Venezuela no hubiese comida, no habría estas colas”

Desde un Mercal a cielo abierto en la avenida Andrés Bello, en Caracas, el vicepresidente de Seguridad y Soberanía Alimentaria, Carlos Osorio, aseguró que si en Venezuela no hubiese comida, no tendríamos estas colas. Se refería a las personas en la espera para ingresar al lugar. No somos parte de esa campaña manipuladora que algunos se han dado a la tarea por las diferentes redes sociales de querer mandarle al pueblo inestabilidad, intranquilidad, mandando tuits de que en Venezuela no hay comida, dijo el encargo de la Seguridad y Soberanía Alimentaria de la Nación, en nota publicada por ElUniversal.com. Osorio insistió en que existe una campaña desestabilizadora a través de redes sociales. “Algunos voceros de oposición se han dedicado a crear la imagen de que aquí no hay alimentos”. El funcionario precisó que en los operativos a cielo abierto se encuentran rubros como carne, pollo, harina de maíz precocida, leche en polvo y azúcar refinada, y a través de los cuales han sido distribuidos más de 120 toneladas de comida a más de mil 500 familias, de un aproximado de ocho mil que integran la población venezolana, según el INE. Osorio destacó que desde el Ejecutivo se ordenó a los fiscales de Sunagro y Sundde verificar las redes de distribución privadas, así como locales y comercios de alimentos, con especial énfasis en la leche, pollo, carne, papa, tomate, cebolla y pimentón. Adelantó que están preparando comisiones que serán enviadas a los mercados mayoristas de todo el país, refiere la nota. (AMZ)




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