Dayrí Blanco | @DayriBlanco07

Tres intentos fallidos de comunicarse con su mamá ha tenido Fabiola Acosta. Desde su celular la llama a la casa, y antes de decirle que no llegará a tiempo para buscar a Jorgito al colegio la conexión telefónica se interrumpe. Todos en la cola lo comentan “a mi siempre me pasa, la llamada se cae a cada rato”, dijo una señora que esperaba con un decodificador en mano. Dos puestos más adelante un señor completó su expresión: “o a veces ni siquiera es posible hablar con alguien porque la tecnología no funciona en este país”. Ellos lo saben muy bien. Todos estaban desde la mañana aguardando su turno en la empresa de televisión digital para reportar la avería de algún equipo o preguntar en qué estatus estaba su reclamo en medio de una crisis económica que ha impedido las inversiones necesarias en el sector de las telecomunicaciones.

Los mantenimientos de las redes de los diferentes prestadores de servicio no se hacen con la regularidad requerida. No hay dólares para eso. Peter Cernik, vicepresidente de la Cámara Venezolana de Tecnología de la Información (Cavedatos), explicó que sin divisas no se pueden adquirir los repuestos para la adecuación de los sistemas.

La deuda que mantiene el Ejecutivo con los proveedores del sector es pequeña si se comprara con la del industrial. Pero son 120 millones de dólares en promedio que se necesitan para recuperar líneas de crédito y trabajar en mejorar la infraestructura de las tecnologías en el país.

Los clientes se dan cuenta fácilmente de lo que está pasando. “La mayoría se queja, pero a la vez entiende la situación”. Es el caso de Fabiola y el resto de quienes esa mañana esperaban en las puertas de la oficina regional de una compañía de televisión digital. Todos iban con controles y decodificadores que debían ser cambiados pero que no eran recibidos. Un trabajador del lugar dijo que por la indisponibilidad de equipos solo hacían el reporte de la avería y falla, se anotaba al cliente en una lista y se le prometía una visita a su residencia para intentar hacer la reparación, de no ser posible la espera sería más larga.

Rosmer Escorihuela había ido ya seis veces a la oficina. El dispositivo dañado lo dejaba en casa, solo iba a preguntar cuándo le harían la reposición. Había pasado un año desde que reportó que había dejado de funcionar y y personal de servicio técnico de la empresa lo había constatado. “Solo me dijeron que no hay equipos, que sigo en la lista de espera y que debía tener paciencia”.

Esto ha provocado que no se hagan nuevas suscripciones durante lo que va de año porque aún mantienen la deuda de instalación del servicio con todos los que hicieron la solicitud en 2015.

Telefonía a medias

Es poco lo que se puede hacer. Sin las medidas económicas pertinentes las compañías de telefonía celular ofrecen un servicio cada vez más deprimido. Sumado a las reiteradas fallas en la conectividad, en abril Movistar y Digitel anunciaron la suspensión del servicio de llamadas de larga distancia internacional por problemas relacionados con el control de cambios causados por el incremento de los costos como consecuencia de la entrada en vigencia del Tipo de Cambio Complementario Flotante del Mercado (Dicom) aplicado al sector de las telecomunicaciones y que amerita la necesidad de actualizar los precios de las llamadas.

Aunque se han dado diversas conversaciones dentro del denominado “Motor Telecomunicaciones” impulsado por el Gobierno y se han dado acuerdos como la asignación de recursos a algunas empresas, no ha sido suficiente.

Cernik aseguró que las tarifas de la telefonía en el país siguen siendo insuficientes para el mantenimiento del servicio. Movistar anunció un incremento de hasta 298% a partir del 24 de julio con lo que aún Venezuela mantiene “la tarifa más barata del mundo, y así es muy difícil mantener un mercado renovado”. Por eso es que desde esa empresa de telefonía se decidió desincorporar 70 planes celulares.

Para el sector Dicom no ha funcionado. Las cifras de Conindustria reflejan que menos de 10% de las divisas que requiere la empresa privada son liquidadas, y el mercado paralelo no es opción al considerarse un ilícito. El llamado es a la asignación legal consecuente de parte del Gobierno.

Problema generalizado

Las empresas encargadas del ensamblaje y puesta en el mercado de equipos de tecnología la están pasando mal. “Más que un problema de costos es de indisponibilidad”, acotó el representante de Cavedatos. La mayoría de las piezas que se ofertaban son importadas y ya no hay nada para exhibir.

Lo usual era que cada dos o tres años se renovaran equipos portátiles en los hogares y oficinas. Ahora desde hace seis o cinco que no se hacen los cambios ni de piezas desactualizadas. De esta manera Venezuela está dando varios pasos hacia atrás en materia tecnológica en un proceso que se moverá de acuerdo al ritmo de la crisis económica.




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