AP
El presidente del Comité Olímpico
Internacional, Thomas Bach salió nuevamente en defensa del manejo dado por el
organismo al escándalo de dopaje en Rusia, y aseveró el lunes que la decisión
de no vetar a toda la delegación del país de los Juegos de Río privilegió la
justicia y los derechos humanos.
En su discurso
durante la ceremonia inaugural de la asamblea general del COI, Bach abordó las
críticas persistentes a la respuesta que dio el organismo ante las evidencias
de dopaje auspiciado por el Estado en Rusia, y declaró que los deportistas en
lo individual no pueden ser castigados por actos indebidos de los gobiernos.
«Esta decisión
se basó en la justicia», afirmó el dirigente. «La justicia tiene que
ser independiente de la política. Aquél que responda a una infracción a la ley
con otra infracción está destruyendo la justicia».
En vez de atender
las peticiones de los organismos antidopaje, que buscaban un castigo para toda
la delegación de Rusia, el COI delegó a las federaciones deportivas
internacionales la autoridad de pronunciarse sobre la participación de los
diferentes deportistas de ese país. Asimismo, el COI determinó que cualquier
competidor ruso con sanciones previas por dopaje no podría competir en los
Juegos Olímpicos que se inauguran el viernes en Río de Janeiro.
Más de 100
deportistas rusos, incluidos todos los competidores en el atletismo han quedado
marginados de los Juegos. Pero 250 más han recibido hasta ahora el visto bueno
de las federaciones para competir.
«Teníamos que
tomar las decisiones necesarias», recalcó Bach. «Debido a la seriedad
de las acusaciones, no podíamos retirar la presunción de inocencia de los
deportistas rusos. Por otro lado, no podemos privar al deportista del derecho
humano de recibir la oportunidad de demostrar su inocencia».
«No se puede
castigar a un ser humano por las fallas de su gobierno si ella o él no está
implicado. Estos principios se implementan ahora», agregó.
El rechazo del COI a
un veto generalizado ha recibido críticas de muchos organismos antidopaje,
grupos de deportistas y medios occidentales.
Las exigencias de un
castigo más severo arreciaron luego que el abogado canadiense Richard McLaren,
a quien la Agencia Mundial Antidopaje le encargó una investigación, emitió un
informe que acusaba al ministerio ruso del deporte de orquestar un programa
amplio para suministrar sustancias indebidas a competidores en casi una
treintena de deportes veraniegos e invernales.
«De demostrarse
que esto es verdad, semejante sistema de desacato y dopaje constituye un ataque
sin precedente contra la integridad del deporte y contra los Juegos
Olímpicos», reconoció Bach. «Dado que los Juegos Olímpicos están a
sólo unos días de comenzar, teníamos que tomar medidas pese a que el reporte
McLaren está inconcluso y no hemos escuchado todavía la versión rusa».
«Tomamos
medidas inmediatas para arrojar luz sobre las acusaciones, y más pasos y
sanciones se adoptarán en caso necesario».
Bach habló en la
ceremonia de cara a la asamblea número 199 del COI. El encuentro de tres días
comienza formalmente sus trabajos este martes.
El dirigente
olímpico expresó su apoyo para los primeros Juegos Olímpicos que se realizarán
en Sudamérica, cuyos preparativos han sido empañados por la crisis económica y
política que azota a Brasil, así como por las preocupaciones sobre el zika, la
contaminación del agua, la delincuencia y los recortes presupuestarios.
«Ha sido largo
y desafiante el recorrido para llegar a este punto», aceptó Bach. «No
es exagerado decir que los brasileños han estado viviendo tiempos
extraordinarios. La crisis política y económica en el país no tiene precedente.
Y no hace falta decir que esta situación ha vuelto desafiantes los preparativos
finales para los Juegos Olímpicos».
«En un tiempo
en que el país está dividido política, económica y socialmente, la
transformación de Río de Janeiro es verdaderamente histórica. Río de Janeiro no
estaría donde está hoy sin el catalizador de los Juegos Olímpicos».
