Dayrí Blanco|@DayriBlanco07
La protesta se
radicalizó. La huelga de brazos caídos que mantiene desde el 6 de julio la
nómina de Corpoelec para exigir la firma de la contratación colectiva, se
transformó en toma activa de la sede administrativa de la estatal en
Carabobo de manera indefinida, o al menos hasta que la gerencia regional
renuncie.
La decisión se tomó
tras la exigencia del personal al gerente de distribución, Luis Alfonso, de dar
respuestas ante la paralización del 92% de los camiones, que deberían estar
operativos para la atención de las averías que presente el sistema eléctrico y
de las labores de mantenimiento. “Se lavó las manos, solo nos dijo que esa no
de su responsabilidad”, aseguró Ernesto González, dirigente sindical.
En asamblea se acordó
la permanencia en el lugar hasta que Alfonso y el gerente de recursos humanos,
Uraima Cordero; el jefe de seguridad patrimonial, Mario Gutiérrez; y la jefa de
bienes y servicios, María Mirtha Sevilla, pongan sus cargos a la orden.
Se espera que durante
la mañana del jueves el personal jubilado se sume a esta acción mientras se espera que el Gobierno
responda a la contrapropuesta presentada por la coalición sindical para la
firma del contrato colectivo, que tiene seis años vencido.