En Valencia se festeja el Día de los Santos Inocentes con una misa en la catedral. (Foto Archivo/El Carabobeño)

Andrea Cristina Hernández || achernandez@el-carabobeno.com

Cuidado y cae por inocente, advierten las personas cada 28 de diciembre y es que Día de los Santos Inocentes las bromas andan por doquier en busca de algún incauto. En Valencia como en el resto del país esta fecha sirve para realizar inocentadas, desde colocarle sal al café, bromas telefónicas hasta cambiar la hora del reloj.

Esa fecha es propicia para las risas a costa de los demás. En el libro Valencia en Tiempos de Pascuas, Alecia Castillo Henríquez cuenta que servir café cargado de sal, preparar un dulce de guanábanas con algodones o enviar como regalo algún objeto roto o muy deteriorado son ejemplo de esta tradición.

Se estila en la mayoría de los diarios publicar una noticia muy sensacional que llama la atención por su carácter insólito, para luego desmentirla con la coletilla: No nos olvidamos que hoy es Día de Los Inocentes.

La costumbre proviene del siglo V en Europa, cuando los monaguillos se burlaban de los padres con las “diabluras” en las iglesias. Antiguamente los sacerdotes realizaban la misa de espaldas. En el occidente del estado Carabobo, los Diablos de Canoabo le hacían muecas al cura y el libro del evangelio se lo cambiaban de lugar, relata la profesora Castillo.

De la historia cristiana, ese día es recordado por la matanza de niños menores de dos años en busca del hijo de Dios, ordenada por el rey Herodes en Belén.

En Valencia

Es una fecha emotiva para los valencianos, pues se realiza una misa en la catedral, hoy será a las 10:00 a.m., dedicada a los más pequeños y se bendicen a los miembros de la familia. La profesora jubilada de la Universidad de Carabobo, Alecia Castillo Henríquez contó que desde la creación de la diócesis capitalina, en 1922, se realiza la ceremonia que por más de medio siglo fue organizada por la educadora Celia Masabé de Ortega, quien fomentó en vida la devoción hacia el Niño Jesús y a los inocentes.

La habitual congregación de fieles en los espacios de la Catedral, data desde 1940 cuando una epidemia de poliomielitis azotó la ciudad y es Masabé de Ortega quien pide al párroco, para ese entonces Jacinto Soto, realizar la ceremonia como una rogativa para el cese de la enfermedad.

El Culto es mas Privado

Las tradiciones se transforman de acuerdo a la dinámica social. La profesora Castillo Henríquez explicó que no es falta de espiritualidad sino que ha cambiado la forma de manifestación, ahora el culto es más privado y eso tiene que ver con la situación actual de inseguridad. Recuerdo que la tradición en Valencia iniciaba con la reunión en la Casa Páez donde se hacía un gran chocolate, iban grupos espontáneos a cantar, las misas de aguinaldos que eran de madrugada, ahora son en la tarde; y ya no se patina en las calles como antes.

Las Locainas de Bejuma

La alegría ronda por las calles de Canoabo y Miranda cada 28 de diciembre y es que las Locainas están de parranda divirtiendo todo el pueblo, este año también se celebrará este día en Montalbán.

Salen de Canoabo y en todos los valles altos están los parranderos que recorren la ciudad. Ellos se disfrazan como si fuese un Carnaval, con trajes viejos, rotos, sombreros y comienzan a bailar con un conjunto de guitarra, cuatro y maracas, comentó el cronista de Bejuma, Víctor Julio Coronel, que con más de 80 años conoce la tradición desde niño.

Alrededor de 60 personas recorren las calles principales de Bejuma, vecinos dejan sus quehaceres por momentos y entusiasmados se incorporan en la celebración. Un integrante de la parranda “mueve el perol” y los comerciantes le dan el respectivo aguinaldo, cuenta Coronel, quien refiere que ese día junto con el de San Juan Bautista, son de fiesta en la comunidad.

Para hoy el recorrido fue organizado por la Fundación Cultural Kaituco, la cual lleva ocho años consecutivos manteniendo la tradición en el occidente de Carabobo. Al grito de “Compadre bautíceme a la niña”, bailes y parrandas amenizarán la fiesta. El director de la organización, José Terán invitó a la comunidad a celebrar junto al grupo la tradición.

En Sanare Vibran Las Zaragozas

Todos los años cerca de 900 adultos y 150 niños disfrazados de la Escuela Infantil de Zaragozas Celestino Brito recorren las calles de Sanare en el municipio Andrés Eloy Blanco, estado Lara, destacó su directora, Miriam Brito que continúa con el legado de su padre incentivando a los niños a que participen en el evento.

Solo hombres y niños varones participan con excepción de alguna que otra niña menor de 10 años que tenga que pagar promesa. Al convertirse en mujeres, pueden bailar con los Zaragozas.

Con la concentración a las 4 de la mañana en la casa de la capitana mayor, María Valeria de González, se inicia la fiesta. Después de cantar La Salve, parten hasta la iglesia de San Isidro y de Nuestra Señora de Santa Ana donde se oficia la misa. Pasan por la Concha Acústica y la sede de la alcaldía al ritmo del golpe larense y estrofas improvisadas. El encargado de mantener el orden en el recorrido es el capitán mayor, José Bernabé Alvarado, mientras que el capitán menor, Teserino Alvarado, lleva la bandera, ambos con más de 80 años de edad. Luego, los zaragozas pagan promesas en los diferentes hogares, generalmente por la salud y las siembras del próximo año.

El recorrido finaliza alrededor de las 9 de la noche cuando regresan a la casa de la capitana María Valeria. Uno de los momentos más emotivos es frente al altar. Se quitan las máscaras y le agradecen a los Santos Inocentes por haberles concedido un año más de vida.

Niños, desde recién nacidos hasta de 12 años, realizan un trayecto menor, empezando a las 8:00 a.m. con la visita a las dos iglesias, culminando a las 2:00 p.m. cuando pagan promesas.

Los preparativos para la festividad inician a mitad de año, en el que cada participante se encarga del vestuario. Los trajes son en su mayoría pantalón y camisa, elaborados con tela de raso de colores, el único requisito es que sean extravagantes. Tienen un costo entre 4000 y 5000 Bs. Se toma en cuenta el reciclaje, por eso las máscaras se confeccionan con bolsas de harina de panadería y se pintan con pintura al frío.

Aunque pertenecen a la celebración de los locos y locainas, en Lara se conocen como Zaragozas. A la celebración se le llamaba de los Santos Inocentes o los Locos, pero después de los años sesenta se empezaron a nombrar como Zaragozas de Sanare, aclaró Brito.

Para participar es imprescindible que los zaragozas porten un cartón de identificación otorgado una semana antes de la celebración. Está compuesto por su cédula y un número adicional. Ese listado se entrega a las autoridades, por si algún Zaragoza le falta el respeto a cualquier turista.

En Sanare la tradición se mantiene llenando de alegría a su gente que espera con ansias la llegada del 28 de diciembre. Miriam Brito aunque no precisó cuántos espectadores tiene Los Zaragozas, dijo con asombro que ese día el pueblo se congestiona. Vienen visitantes de diferentes rincones de Venezuela como Zulia, Mérida y el oriente del país.




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