Gerardo Rangel | @gerardorangelx
Antonia Bonilla vive en Los Mangos, parroquia Miguel Peña, trabaja en la avenida Bolívar, ella debe levantarse a las 4:30 de la madrugada para poder estar en la parada a las 5:30. El motivo: El transporte público en el sur de Valencia empeora cada día.
Bonilla como miles de valencianos debe trasladarse del sur al norte de la ciudad para trabajar. Para realizar este recorrido debe abordar dos camionetas de pasajeros, además de utilizar el Metro, el cual colapsa en las mañanas debido a la gran cantidad de pasajeros que han migrado a este transporte debido a la falta de unidades colectivas. “Si llego a la parada a las 6 de la mañana ya me toca caminar o guindarme de las puertas de las camionetas” lamentó.
Esta situación se complica a diario debido a la falta de repuestos, neumáticos y acomuladores. Por esta razón gran parte del parque automotor se encuentra paralizado. El retorno a casa se convierte en otra triste aventura, donde el simple hecho de ir y venir del trabajo agota más, que la misma jornada laboral.