Dayrí Blanco
El temor está latente. Conductores de carga pesada se niegan
a transportar productos regulados por miedo a ser saqueados. Esa es la
tendencia. La resistencia ha surgido a raíz de los contantes robos de mercancía
a los que son sometidos. En promedio se registran cuatro casos a la semana.
El presidente de la Cámara de Transporte del Centro
(Catracentro), Giovanni Lupi, informó que en las carreteras del país era
habitual que en accidentes con gandolas involucradas, se produzca el robo
espontaneo de la carga. Pero eso ha cambiado. Ahora se dan con frecuencia casos
de atracos cuando una unidad está en pleno tráfico. “Llegan con herramientas en
mano, revientan los candados y cadenas y se llevan todo”.
La situación ha provocado que el mecanismo de trabajo haya
cambiado para el sector. La inseguridad desplazó a la escasez de repuestos del
principal problema que deben sortear. A las 7:00 p.m. la mayoría de las
unidades ya están estacionadas, a riesgo de que incluso en los peajes sean
víctimas de robo. Antes a las 11:00 p.m. aún se mantenían en circulación y
salían a realizar los despachos a las 3:00 a.m., ahora no lo hacen antes de las
6:00 a.m.
Esto ha provocado que las estructuras de costos se hayan
incrementado. Deben contratar dos vehículos con escoltas para que los choferes
accedan transportar productos regulados.
La situación con los repuestos no ha mejorado. Hasta en 300%
han aumentado los precios de lo poco que se consiguen y las proveedurías del
Ministerio de Transporte no cubren ni el 10% de la demanda del sector, lo que
ha incidido en la paralización del 40% de la flota.