Heberlizeth González C./@heberlizeth

Todo parece indicar que se podría tratar de la misma banda que estaría operando en la zona norte de Valencia. Tres hombres fuertemente armados estarían interceptando a sus víctimas para secuestrarlas y robarlas, así lo indican al menos tres casos registrados desde hace un mes aproximadamente.

La manera de operar ha sido la misma desde que comenzaron a azotar mayormente Guataparo, avenida Paseo Cuatricentenario, Prebo, El Parral, avenida Bolívar y La Trigaleña. Cuatro sujetos en camioneta 4×4 interceptan a una víctima vulnerable. Se bajan tres, la somenten con armas y comienza la rutina delictiva: pasean a su «presa», la obligan a ir a su casa para robar, piden dólares y joyas por la liberación. En algunos casos liberan a las personas en la estación de servicio Bosqueserino, conocida como la bomba de Church’s Chicken.

Las denuncias son constantes pero aparentemente no han sido legales, de acuerdo con información extraoficial. La Policía de Carabobo se mantendría alerta ante el rumor. Sin embargo, este lunes en varios recorridos por la avenida 112 Paseo Cuatricentenario, 110 La Ceiba, avenida Cuatricentenaria (4 avenidas), y constató la ausencia de cuerpos de seguridad. 


Hablan las víctimas 

Hace tres meses Ángel (nombre falso) iba camino a su casa con un cliente que le ofreció llevarlo porque su carro estaba en el taller. Eran las 12:00 a.m.  Llegando al apartamento, en Prebo, los interceptaron con una camioneta Cherokee negra, modelo viejo. Se montaron tres hombres armados. Llevaban 9 mm con cargador.

«Nos pasearon por Mañongo y El Trigal. Me pedían que los llevara al apartamento. Pedían dólares y oro», contó Ángel en entrevista exclusiva a El Carabobeño.

El hombre debía llevar a los maleantes hasta su residencia. Lo amenazaban de muerte. Cerca de una reconocida red de farmacia en La Trigaleña, pasaron a su amigo hacia la Cherokee.

Ángel no tuvo otra opción que conducir a sus secuestradores hasta su hogar. Subieron dos de los delincuentes al apartamento y cargaron con televisores, computadoras portátiles, cámaras fotográficas y más objetos de valor, pero buscaban dólares y oro. «Déjenme tranquilo que colaboré», imploró y lo dejaron libre. Pretendían llevárselo nuevamente. Su amigo continuaba en manos de los otros dos captores, quienes se quedaron a cuidarlo mientras sus cómplices desvalijaban la residencia. Luego lo liberaron en la estación de servicio Bosqueserino.

Las caras de los secuestradores no se borran de la memoria de Ángel. En cualquier lado podría reconocerlos. Uno es de piel blanca, ojos verdes, cabello corto y negro, de 1.75m de estatura, delgado y unos 25 años de edad. Tiene un defecto en la oreja derecha. El otro, es de tez morena y cabello liso. 




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