Cristhopher Borrero 

Los retos financieros para 2016 de la Universidad de Carabobo (UC) son grandes. La cuota presupuestaria aprobada para el ejercicio fiscal de este año es de 3 mil 949 millones 728 mil 595 bolívares, lo equivalente al 23,19% de lo solicitado en el anteproyecto, el monto sugerido ascendía a 17 mil 029 millones 886 mil 358 bolívares. Cerca del 85% de la cuota otorgada estaría comprometida para el pago de personal, según las advertencias hechas por la rectora de la casa de estudio, Jessy Divo de Romero a lo largo del 2015.  

Pese a las restricciones financieras que suponen las limitaciones  presupuestarias, la rectora ha depositado su fe en la nueva Asamblea Nacional (AN) para mejorar las condiciones actuales. “Queremos que la nueva AN nos escuche y se entienda que la educación no es un gasto sino una inversión necesaria”, sostuvo. De no ser así las partidas de funcionamiento, mantenimiento e infraestructura de las siete facultades quedarían sin liquidez en el primer trimestre de 2016. 

La baja inversión presupuestaria en la academia venezolana es un proyecto sostenido, consideró Jesús Villarreal, presidente de la Asociación de Profesores de la Universidad de Carabobo (APUC). En los últimos siete años la asignación de recursos para la UC ha crecido nominalmente pero se ha minimizado en términos reales, es decir en 2009 se aprobó 712 millones 504 mil 962 bolívares para la casa de estudio, lo que representaría un aumento del 554,34% si no se diferenciara que en aquella época la inflación era de solo 25,1% según el Banco Central de Venezuela (BCV. Hoy día la inflación anualizada se estima en 160% y con tendencia a crecer según aportes hechos por Alejandro Werner, director del Departamento del Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional (FMI). 

Retos 2016

En 2009 se requirió 17 reformulaciones del presupuesto en la UC para poder satisfacer las necesidades para tal período. En 2015 se efectuaron casi el doble de peticiones, entre solicitudes de créditos adicionales y reformulaciones, sin embargo la mayoría fueron desestimadas. 

Las principales áreas afectadas en la casa de estudio fueron los servicios de comedor, transporte, laboratorios e investigación. Tales áreas son las que mayor riesgo tienen en 2016. 

Las insuficiencias presupuestarias terminaron por suspender el servicio de comedor por casi tres meses, finalmente el 25 de noviembre el servicio fue restituido en el campus Bárbula, ofreciendo un servicio de dos mil almuerzos diarios, muy por debajo de la meta que era de 12 mil platos. 

Al menos el 40% del parque automotor de la universidad estuvo inoperativo en 2015. Las fallas principales estaban relacionadas a la imposibilidad de efectuar reparaciones y conseguir repuestos, según José Ángel Ferreira, vicerrector Administrativo. Muchos de los desperfectos aún persisten. 

La incorporación de los nuevos estudiantes asignados a través del Sistema Nacional de Ingresos (SNI) de la Oficina de Planificación del Sector Estudiantil (Opsu) es otro conflicto a resolver. La matrícula estudiantil de la UC superaría los 60 mil estudiantes para el 2016 según las proyecciones hechas por Pablo Aure, secretario de la UC, pero la infraestructura no está adecuada para recibir tal magnitud de ingresos, advirtió.




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