AFP

Ucrania puso este jueves sus tropas en estado de alerta en
la línea de demarcación con Crimea tras
un brusco aumento de la tensión con Rusia, que aseguró haber desbaratado varios
«atentados» instigados por Kiev
en esta región.

Más de dos años después de la anexión por parte de Rusia de
esta península ucraniana tras un referéndum considerado ilegal por los países
occidentales, la denuncia de Moscú, desmentida por Kiev, dio lugar a un
intercambio de acusaciones como no había ocurrido en meses.

«He ordenado a todas las unidades en las regiones
situadas al nivel de la frontera administrativa con Crimea y a lo largo de la
línea de frente en el Donbass (este de Ucrania) de entrar en estado de
alerta», anunció el presidente ucraniano Petro Poroshenko en Twitter.

Horas antes, era
Vladimir Putin quien, tras acusar a las autoridades ucranianas de «pasar
al terror», reunía a su Consejo de Seguridad.

«Se han debatido medidas adicionales para garantizar la
seguridad de los ciudadanos y de las infraestructuras vitales de Crimea»,
explicaba la presidencia rusa.

Un responsable de la OTAN bajo cobertura de anonimato
explicó que la Alianza sigue de cerca y con preocupación la situación en la
región.

En todo caso, argumentó, «Rusia no ha aportado ninguna
prueba tangible de sus acusaciones».

 

Movimiento de tropas

El FSB (el servicio de inteligencia ruso) acusó a Kiev de haber preparado varias
incursiones de «saboteadores-terroristas»
que se saldaron con
enfrentamientos armados y que costaron la vida, según Moscú, a un agente del
FSB y a un militar ruso.

Según la inteligencia rusa, un primer grupo fue descubierto
cerca de la ciudad de Armiansk, en Crimea, en la madrugada del 7 de agosto en
posesión veinte artefactos explosivos caseros y varios kg de TNT. Otros dos
grupos fueron interceptados la noche siguiente, apoyados por disparos del
ejército ucraniano, según la misma fuente.

El presidente
ucraniano, Petro Poroshenko, tachó las acusaciones de «absurdas y
cínicas», considerándolas un pretexto para nuevas amenazas militares
contra Ucrania.

Moscú afirmó haber detenido a un oficial de la inteligencia
militar ucraniana, Evguen Panov, calificado de «rehén» por el
gobierno ucraniano. La televisión rusa mostró el supuesto interrogatorio al
prisionero, que presentaba huellas de golpes, y que admitía haber sido reclutado
por Kiev para atacar un ferry, una base de helicópteros, un depósito de
petróleo y una fábrica química.

Por su parte, varios
crimeos residentes cerca de la frontera ucraniana afirmaron, interrogados por
la AFP, que habían presenciado importantes movimientos de vehículos militares
en la zona en los últimos días.

Estados Unidos, a través de su embajador en Ucrania, Geoffrey
Pyatt, señaló no haber visto nada que corrobore las acusaciones de Rusia.

En un comunicado, el ministerio ruso de Relaciones
Exteriores recomendó a los occidentales que apoya a Kiev que mostraran
«sensatez».

En una entrevista telefónica con su homólogo francés
Jean-Marc Ayrault, el ministro ruso de Exteriores, Serguei Lavrov, llamó a
Occidente a advertir a Ucrania «contra medidas peligrosas que podrían
tener las peores consecuencias».

 

Proceso de paz
contestado

Los guardias fronterizos ucranianos anunciaron que habían
reforzado su dispositivo entre Ucrania y Crimea desde el 7 de agosto, cuando
aparecieron los primeros signos de tensión
.

«Nos preparamos para todo», señaló a la AFP un
alto responsable de los servicios de seguridad ucranianos, considerando que una
invasión rusa era «posible». «Es una escalada, por
supuesto», dijo.

El miércoles, Vladimir
Putin instó a los occidentales a presionar a las autoridades de Kiev, si
quieren realmente alcanzar un arreglo pacífico
para el conflicto ucraniano.

«En estas condiciones, un encuentro en el ‘formato
Normandía’ (Francia, Alemania, Rusia y Ucrania) en China (durante el G20, los
días 4 y 5 de setiembre próximo), no tiene ningún sentido», estimó el
presidente ruso.

Crimea fue anexada por Rusia en marzo de 2014 tras una
intervención militar seguida de un referéndum de incorporación, denunciado como
ilegal por Kiev y los países occidentales.

Esta anexión provocó las mayores tensiones entre las
potencias occidentales y Rusia desde el final de la Guerra Fría y fue seguida
por una ola de sanciones europeas y estadounidenses contra Moscú.




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