Cientos de pasajeros sufrieron retrasos en sus vuelos en todo el Reino Unido. (Foto AFP)

EFE

Miles de pasajeros se vieron este viernes afectados por cancelaciones y retrasos de vuelos en el Reino Unido a raíz de un fallo informático en un centro de control aéreo en el sur de Inglaterra.

Los aterrizajes y despegues quedaron restringidos en Londres y el sur del país durante más de una hora, hasta alrededor de las 16.15 GMT, por un error técnico que todavía investiga el Servicio Nacional de Tráfico Aéreo británico (NATS, por sus siglas en inglés).

El organismo descartó un ataque informático y un fallo en el suministro de corriente eléctrica como las causas de un problema que hizo que los controlares aéreos no pudieran visualizar en sus pantallas los datos necesarios para vigilar el tráfico.

El problema se localizó en el servidor de datos de vuelo del Centro de Control del Área de Londres (LACC), ubicado en la localidad de Swanwick, al sur de Inglaterra, un centro que ya sufrió un contratiempo similar en diciembre de 2013.

Los cinco aeropuertos de Londres y otros aeródromos del sur de Inglaterra se vieron obligados a cancelar sus salidas y parte de las llegadas, lo que desencadenó retrasos en vuelos en todo el Reino Unido.

Las compañías aéreas y los aeropuertos trataron durante la tarde de reorganizar sus planes de vuelo, si bien prevén que el parón durante la jornada de hoy continuará afectando a la navegación mañana, cuando se programarán algunos de los vuelos cancelados.

La confusión afectó además al servicio de recogida y entrega de maletas en compañías como British Airways (BA), que anunció a algunos de los viajeros que llegaban a Heathrow que no podrían recoger su equipaje, que les será enviado a través de un servicio de mensajería, según la agencia local PA.

Tanto Gatwick como Stansted, el segundo y tercer aeropuerto de la capital británica, respectivamente, reanudaron sus operaciones durante la tarde con severos retrasos, lo mismo que el London City Airport, en el este de la ciudad, y Luton, al norte.

Los problemas en el tráfico aéreo se dejaron notar asimismo en aeródromos como los de Bristol, Southampton, Leeds y Birmingham, en Inglaterra, y en los de Glasgow y Edimburgo, en Escocia.

El ministerio de Defensa del Reino Unido informó de que la restricción del espacio aéreo comercial no afectó a las Fuerzas Aéreas británicas, mientras que el ministro de Transporte, Patrick McLoughlin, calificó el parón aéreo de «inaceptable».

«Cualquier suspensión de nuestro sistema de aviación es simplemente inaceptable. He pedido al NATS una explicación completa sobre este incidente y quiero conocer qué pasos se darán para que no vuelva a ocurrir», dijo el ministro conservador.

El centro de control de Swanwick, que se inauguró en 2002 tras, una inversión de 700 millones de libras (882 millones de euros) alberga una sala de operaciones con tres centros de mando.

El LACC, donde sucedió el fallo, controla el tráfico aéreo en un área que abarca Inglaterra y Gales, mientras que el Centro de Control de Terminales de Londres (LTCC) vigila los aviones que transitan a menos de 7.300 metros con origen o destino en Londres, una de las zonas aéreas con más tráfico de Europa.

El centro cuenta además con un departamento de Control del Tráfico Aéreo Militar que funciona por separado, si bien trabaja en colaboración con los controladores civiles.

El pasado diciembre ya se produjo un problema informático similar en Swanwick que afectó a los aeropuertos británicos durante cerca de doce horas y dejó cientos de vuelos programados en tierra.




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