Juan Carlos Caramés
Twitter: juanccarames
A veces sentimos que lo que
hacemos es tan solo una gota en el mar; pero el mar sería menos si le faltara
una gota. Madre Teresa de Calcuta
Un hombre fue llamado a la playa
para pintar un barco. Trajo con él pintura y pinceles, y comenzó a pintar el
barco de un rojo brillante, en un día de luz brillante y espectacular.
Mientras pintaba, verificó que la
tinta estaba pasando por el fondo del barco. Percibió que había un orificio, y
decidió repararlo. Cuando terminó la pintura, recibió su dinero y se fue.
Al día siguiente, el propietario
del barco buscó al pintor y le regaló un especial cheque. El pintor quedó
sorprendido, y le dijo: -Señor, ayer me pagaron por la pintura del barco.
-Mi querido amigo, usted no
comprende.
-Déjeme contarle lo que sucedió.
Cuando le pedí que pintase el barco, olvidé hablarle del orifico que tenía.
Cuando la pintura que le puso se secó, mis hijos se subieron y salieron de
pesca. Yo no estaba en casa en aquel momento. Cuando volví y me di cuenta que
habían salido con el barco, quedé desesperado, pues recordé que el barco tenía
un agujero.
Imagine mi alivio y alegría cuando
los vi, retornando sanos y salvos.
Entonces, examiné el barco y
constaté que lo había reparado. ¿Percibe, ahora, lo que hizo? Salvó la vida de
mis hijos. No tengo dinero suficiente para pagarle por su “pequeña” buena
acción…
Medite sobre esto, no se limite a
hacer apenas lo que esperan de usted. No importa para quién, cuándo y de qué
manera. De lo mejor de sí. Nunca olvide esta historia.
Hacer las cosas como se deben
hacer no cuesta mayor esfuerzo. Es lo mínimo que todos debemos esperar. Nunca
se sabe, cuando lo debido puede salvar a algún alma, cercano a tu familia.
A veces miramos nuestra realidad
y lo que observamos no nos gusta. Entonces podemos adoptar una estrategia
pasiva, buscar culpables, protestar, quejarnos de que las cosas no nos van bien
y sentirnos víctimas de una vida que no cumple nuestras expectativas.
Pero como pensamos que lo que
observamos no nos atañe, no nos sentimos impulsados a hacer nada para mejorar
nuestro mundo ni mejorarnos a nosotros mismos. Pensamos que la respuesta se
halla afuera y no en nuestro interior. La facilidad, la comodidad, la
pasividad, el evitar responsabilidades, forman parte de los valores personales
de quien ha optado, a veces de forma poco consciente, por “ser parte del
problema” de nuestro mundo.
No obstante, podemos escoger “ser
parte de la solución” aceptando que la respuesta a los retos del vivir, depende
de cada uno de nosotros, que cada acción es importante, y que si no aportamos
nuestra respuesta, un vacío que nadie podrá llenar, quedará plasmado en el
tapiz de la humanidad del que formamos parte.
Hay un sabio pensamiento que
dice, lo importante no es lo que nosotros esperamos de la vida, sino lo que la
vida espera de nosotros. Ningún otro ser humano podrá dar la respuesta que nos
atañe, puesto que somos únicos y singulares.
Con el milagro del trabajo y el
esfuerzo y siendo capaces de poner el corazón en lo que hacemos, conseguiremos
pasar de la teoría a la práctica, del pensamiento a la acción. Somos los
protagonistas de nuestra vida y es preciso no olvidarlo.
Puedes poner en práctica cinco
consejos que siempre darán buen dividendo:
1.- Cuando la meta es importante, los obstáculos se vuelven
pequeños.
2.- El mayor de todos los errores, estriba en no hacer nada porque
solo puedes hacer poco.
3.- Hacer lo mejor posible en este momento, nos deja en la mejor
posición para el siguiente momento.
4.- No encontrarás nunca la forma correcta de hacer algo
incorrecto.
5.- Se necesita poco para hacer las cosas bien, pero menos aún para
hacerlas mal.
La respuesta la tienes tú, y la
respuesta global al reto de vivir depende de cada una de las aportaciones de
todos nosotros. Respuesta significa acción. Como dice Khrisnamurthi, comprender
significa acción inmediata. La acción creativa congruente define la humanidad
humanizada.