EFE

Un robot con forma de escorpión desarrollado por la empresa
japonesa Toshiba se adentrará en la vasija principal del reactor 2 de la
accidentada central nuclear de Fukushima Daiichi en agosto para determinar la
situación de las rutas de acceso.

La misión del aparato, diseñado por el fabricante
tecnológico y el Centro Internacional nipón de Desmantelamiento Nuclear (IRID),
será precisar la localización y posición de los objetos caídos, si los hubiera,
y las condiciones de las rutas de acceso a la vasija, confirmó hoy a Efe una
portavoz de la compañía.

El robot mide aproximadamente 54 centímetros de largo por 9
centímetros de ancho y alto para poder moverse a través de un tubo de unos 10
centímetros de diámetro que conduce al interior de la vasija.

Equipado con cámaras CCD y luces LED acopladas en la parte
anterior y posterior que le permite iluminar zonas en la oscuridad y entre
gases.

El dispositivo puede además elevar la parte trasera como si
de la cola de un escorpión se tratase para grabar mejor, moverse hacia adelante
y hacia atrás.

El operador de la central ya intentó observar la situación
en el interior de otros de los reactores, concretamente el número 1, el más
afectado, mediante dos robots que fueron abandonados en el interior tras
quedarse enganchados y verse afectados por la radiación.

En este sentido, Toshiba apuntó que ha llevado a cabo
experimentos para confirmar la resistencia radiactiva del modelo, creado con
materiales como el metal, la resina y el caucho y capaz de soportar una acumulación
de 1.000 sievert (Sv).

«Si asumimos que los niveles de radiación dentro de la
vasija del reactor 2 es de 100 Sv/h, podemos estimar que el robot puede operar
aproximadamente 10 horas», declaró.

Esta iniciativa constituye un nuevo intento para conocer la
situación en el interior de las vasijas y poder proceder con la extracción del
combustible fundido.

«Para desarrollar procesos y metodologías que permitan
retirar los restos de combustible de la vasija primero es necesario conocer
cuál es la distribución de los elementos en su interior», indicó Toshiba.

La retirada de combustible es el proceso más complejo dentro
de las labores de desmantelamiento de la central, que llevarán de tres a cuatro
décadas.




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