Fabio Solano 

solanofabio@hotmail.com

“La salida está en la convocatoria a una Asamblea Constituyente, donde participen todos. Los votos dirán quienes gobernarán, por cuanto tiempo, si son reelegibles o no, y habrá entendimiento, de manera que entre todos se pueda superar la crisis”. Sonaron los aplausos y uno que estaba atrás gritó: “Ese es mi candidato”. Luego vinieron las risas y los comentarios burlescos: “Miguel, de verdad que pareces un político, de esos que nos caen a mentiras”. Y una de sus compañeras de estudio y de farra: “Uy, casi que me convences”. El grupo de estudiantes de Ciencias Políticas estaba reunido en el popular bar “La Papa Brava”, donde, acompañando la polarcita servían trozos de picantes y papas fritas. Habían salido de la última clase del año y estaban celebrando. Hablaban precisamente sobre la materia del examen final. 

Miguel levantó la botella y brindó. Luego, en plan sabelotodo, dijo: “Aquí, como decía Monagas, la Constitución sirve para todo. Y yo agrego: Y si no sirve, la cambiamos. ¿No me creen? Vean la historia y fácil se ve que apenas hemos tenido dos Constituciones. Lo demás han sido puras modificaciones, según el estilo de gobierno. Dictadura, democrático, revolucionario, autoritario. Revisen. La Constitución de 1811 fue el diseño de Nación, pues éramos nuevecitos. La Constitución de 1830, era obligada pues nos estábamos separando de una Nación creada por Bolívar, la cual dimos en llamar La Gran Colombia. Todo los demás fue como volver a pintar la casa, según el gusto de cada gobernante”.

Intervino Manuel, uno de los más estudiosos, y aseguró: “Miguel tiene razón. En 1857 Monagas ordenó una Constitución a su medida, pero lo tumbaron. Vino Julián Castro, que convocó a una Asamblea Nacional en Valencia. Eso fue en el 58, y después reapareció Páez y como no le cuadraba la Constitución, ordenó una nueva en 1864. Dicen que ahí comenzó el estado federal, pero eso era pura palabrería, porque a pesar de supuestas elecciones, el mando era de quien controlara al ejército. O sea, una mampara para que quien tuviera las armas ejerciera el poder. Cualquiera con dos dedos de frente podrá ver que todos manipularon la Constitución de acuerdo a los cambios que necesitaban. Guzmán Blanco, Crespo, Cipriano Castro, y Gómez. El último la reformó no sé cuántas veces. Mas enredada estuvo la cosa después del “bagre” y López Contreras. En 1945 los adecos dieron su golpe y sancionaron la Constitución del 47. Resultó que al año siguiente derrocaron a Rómulo Gallegos y los militares se devolvieron a la Constitución del 36, con un acta de gobierno provisorio. En 1953, cuando ya Pérez Jiménez era dictador abiertamente, tuvo su propia Constitución”.

–Otra ronda más y papa brava, que aquí estamos para tumbar al gobierno, dijo burlón, otro de los estudiantes. Era Alejandro, quien sin dejar hablar a nadie, agregó: “Ustedes están igual que los dirigentes de ahora. Puro blabla y nada en concreto. No importa mucho la Asamblea Constituyente, si ahí no se hacen cambios de verdad. En la Constitución se ha dicho que somos estado federado, pero seguimos siendo centralistas. Aquí el problema es lograr que todos participen y respeten lo que suceda con los votos, con la mayoría que elija la gente”.

Miguel se levantó como para dominar al grupo: “Miren, estamos en 1991, con un gobierno electo, pero herido en el ala por el “Caracazo”. Hay una crisis económica nunca vista, con el pueblo sufriendo mucho. Hay que hacer algo antes de que se produzca una situación grave, pues se siente un rechazo muy fuerte contra el gobierno de Carlos Andrés. Yo estoy por la convocatoria de una Constituyente, como la plantea un grupo en la comisión bicameral que preside el senador Caldera. Ahí tenemos expertos que proponen una reforma a la del 61, y de inmediato elegir la Asamblea. Es la vía para que el pueblo decida y todos nos entendamos. Si elegimos a unos cien constituyentes se puede conseguir la vía para resolver el conflicto: Nos contamos y quienes quedan en minoría lo aceptan. Los militares van a sus cuarteles, los políticos al Parlamento, el presidente electo a Miraflores. Hay que hacerlo ahora”.




Estimado lector: El Diario El Carabobeño es defensor de los valores democráticos y de la comunicación libre y plural, por lo que los invitamos a emitir sus comentarios con respeto. No está permitida la publicación de mensajes violentos, ofensivos, difamatorios o que infrinjan lo estipulado en el artículo 27 de la Ley de Responsabilidad en Radio, TV y Medios Electrónicos. Nos reservamos el derecho a eliminar los mensajes que incumplan esta normativa y serán suprimidos del portal los contenidos que violen la Constitución y las leyes.