Felícita Blanco
Vecinos de las diferentes barriadas aledañas trancaron ayer la avenida intercomunal de El Valle, al suroeste de Caracas, a la altura de la calle 2, debajo de la pasarela ubicada frente a la estación de servicio El Valle.
Denunciaron que son víctimas de excesos por parte de los funcionarios que participan en los operativos OLP, porque les destruyen las casas, tumban las puertas a mandarriazos, o las abren con pata é cabra, se meten encapuchados, golpean a los jóvenes, se llevan enseres de valor, hasta la comida (pollo, harina pan, jabón, arroz, etc) que tanto sacrificio hacen por conseguirla.
Un señor manifestó que por tener 5 kgs de harina pan en su casa lo acusaron de “bachaquero”.
En medio de la avenida se apostaron hombres y mujeres en su mayoría, desde las 6 de la mañana, obstaculizaron el paso con los vehículos rústicos de las diferentes líneas y mostraron pancartas. Dijeron que todos son víctimas de los maltratos de la policía, en El Tamarindo, San Andrés, San Antonio, Los 70, desde la calle 2 hasta la 18, en Las Terrazas, La Esperanza, etc.
Denunciaron que el jueves en la noche unos funcionarios del Sebin mataron a Eider Yonari Gavidia Martínez (18), estudiante de 4º año en el liceo Avalos, y Winderson Johan Rivas Solórzano (23), bachiller, que estaba tramitando curso para ingresar al Cicpc.
Ellos eran primos, vecinos y mototaxistas en sus ratos libres, iban a comprar una torta para merendar, les dieron la voz de alto y les dispararon, a pesar de que desde el cerro la gente les gritaba “no los maten, no los maten”.
Eiker Varona, hermana de Eider, contó que cuando bajaron a auxiliarlos los policías no dejaron pasar a sus familiares, y dijeron que esos eran “unos secuestradores, unos delincuentes”. La moto Empire Owen, roja, propiedad de un hermano, desapareció.
Una jovencita que estudia tercer semestre de enfermería en la Unefa, dijo que los que allanaron su vivienda se llevaron la Tablet que el mismo gobierno le había regalado.
-Estoy muy preocupada, no tengo como hacer mis trabajos para la universidad. Por favor, necesito que me la devuelvan, dijo la muchacha vestida con uniforme de la Unefa.
