Sara Pacheco
Hay un sitio bastante visitado en la avenida 8 del sector 2 en Ricardo Urriera, de la parroquia Miguel Peña. No se trata, afortunadamente de un centro médico, tampoco de un lugar de fiestas, es el único medio de distracción para muchos jóvenes de la zona. La cancha deportiva se llena de jugadores entusiasmados cada día.
Desde que los rayos del sol empiezan a ser más suaves, arriban los vecinos dispuestos a practicar básquet o simplemente a mirar. Residentes cercanos comparten la opinión que se trata de un espacio sano y necesario para alejar a personas en pleno crecimiento y desarrollo, de la ociosidad.
Sin embargo, solo los residentes luchan por mantenerlo. Belkys Mendoza explicó que son los muchachos acompañados de otros habitantes quienes mantienen el espacio. La última vez fue por organización que se quitó el monte. También hemos empezado a sembrar plantas en los alrededores. Si te fijas bien, es la calle más bonita del sector. Indicó que muchos vecinos están animados con la incorporación de árboles y flores al paisaje, igualmente cada quien colabora con la limpieza.
A pesar del esfuerzo de la comunidad, aun les hace falta pintura y equipos, como las mallas para los arcos, pero sobretodo iluminación. Una torre dispuesta por la alcaldía de Valencia hace más de tres años, data uno sin encender. Funciona solo como decoración. Esto influye en el uso incorrecto del sitio al llegar la noche. Los muchachos se van cuando se empieza a poner oscuro. Esto es una penumbra. Entonces se presta para otras cosas, comentó la dama.
Junto a la cancha se encuentra un parque infantil. La mayoría de las atracciones están dañadas. Algunos habitantes informaron que los estudiantes del Liceo Bolivariano José Gregorio Ponce Bello, no tratan debidamente las instalaciones. Milagros de Ayala, detalló que el espacio no es utilizado con frecuencia porque además tiene mucha vegetación. Tienen mucho tiempo sin hacerle mantenimiento. Ni siquiera vinieron en diciembre, sentenció.
