Trabajadores destapan tuberías obstruidas. (Foto Héctor Freile)

Sara Pacheco

“No queremos seguir ahogados” fue la respuesta de Wilmer Aguilar al preguntarle por qué hacía un hueco en el asfalto. Desde el inicio de la quinta calle del barrio Bolívar parroquia Miguel Peña, se divisaban dos hombres abriendo profundamente el pavimento. Montones de tierra y palas rodeaban a los trabajadores.

En el sector tienen muchos años con problemas de aguas negras. Yuli García contó que heredó la vivienda de su tío, desde entonces las cloacas son su dolor de cabeza. “La casa tiene en la familia unos 50 años”.

Todas las viviendas tienen problemas de cloacas, manifestó García. Las calles del sector se asemejan a un campo minado, pequeñas lomas de tierra señalan los lugares donde los vecinos han abierto espacios para remediar ellos mismos la obstrucción de la red cloacal.

Aguilar junto a Alexander Núñez, albañil, abrieron la boca de visita cercana a la obra. Aguas negras, semejantes al petróleo, la inundaban casi al tope. La única hipótesis que se han planteado es la obstrucción total en todo el barrio. Al respecto indicaron que el consejo comunal ha realizado las diligencias correspondientes, pero no han obtenido respuesta por parte de los entes, así que decidieron no esperar más y tomar la solución por sus manos.

“Vamos a conseguir el tubo matriz y sustituirlo con otro”, explicó Núñez. Esta ejecución calmaría el problema dentro del hogar de Aguilar, pero el resto del sector, que no ha realizado una reparación propia, continuará con la molestia.

García dijo que en su hogar las cloacas colapsaron. “Hay que ver cómo tengo la casa dentro. El patio, el garaje, no podemos ni siquiera ir al baño”. Aseguró que Hidrocentro les contesta que están abarrotados de trabajo, por tanto no pueden asistir al sector. Su hermana, Ludy García, narró que cuando llueve toda el área se inunda. Temen la llegada del invierno.

Mientras tanto en la calle Libertador, un río de aguas negras sale de la casa de Rafael Galea. “Ese olor nos tiene mal, y hemos ido a todos lados: Gobernación, Alcaldía, Hidrocentro, Ministerio de Ambiente”, enumeró. Desde hace tres meses el problema se agravó, brotando constantemente de su tanquilla.

Galea explicó que los niños de la cuadra han presentado erupciones en la piel, igualmente han sido constantes las jornadas de vacunación por la misma razón. Luego de la entrevista Rafael volvió a su casa, cerró puertas y ventanas tras él. Debe vivir así para que el fuerte olor no invada su hogar.




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