Día del natalicio de José Antonio de Sucre

Hoy 3 de febrero, se cumplen 235 años del natalicio de uno de los grandes héroes de la independencia de Venezuela: Antonio José de Sucre.

También, uno de los héroes de la independencia latinoamericana más laureados y admirados. Se destacó como militar en las numerosas victorias que logró en los campos de batalla, con un talento innato para dirigir tropas.

De esta manera consiguió triunfos fundamentales para liberar al continente del dominio español. Y una de su mayor obra bélica: La batalla de Ayacucho.

Como político ejerció la presidencia de Bolivia y se preocupó por los servicios públicos y el correcto funcionamiento de la administración pública. Fue riguroso en el cumplimiento de las penas por crímenes o hechos de corrupción, pero fue piadoso y justo con los vencidos.

José Antonio de Sucre también impulsó causas relacionadas con la abolición de la esclavitud y un mejor trato hacia los indígenas. Además resaltó como diplomático a la hora de participar activamente en el Armisticio de 1820. Fue una de las figuras más completas de la época independentista.

Juventud y rol en la independencia

Antonio José de Sucre nació en Cumaná, por la unión de sus padres el teniente Vicente de Sucre y Urbaneja y María Manuela de Alcalá y Sánchez. A los 7 años presenció la muerte de su madre. Fue educado hasta los quince años por su tío José Manuel. Luego estudió matemáticas y fortificaciones en la escuela de Ingenieros de  Caracas en 1808. En 1810 ascendió a la posición de alférez del ejército.

En 1812 fue ascendido a teniente bajo el mando de Francisco de Miranda sirviendo con distinción en las campañas contra los realistas. Al caer la primera república emigró a Trinidad, de donde regresó en 1813, a las órdenes de Santiago Mariño.

Durante ese periodo contribuyó a organizar el Ejército de Oriente, con el ascenso de teniente coronel. No obstante su ejército fue derrotado y debió exiliarse en las Antillas. Regresó para proseguir con los esfuerzos de la causa de la Independencia y para 1815 pasó a combatir en Guayana y El Orinoco.

Posteriormente fue designado Comandante de la provincia de Cumaná. En 1817 fue nombrado Coronel por parte de Simón Bolívar y en 1818 se dirigió a Angostura, donde El Libertador emplazó su Cuartel General y ofreció su Discurso de Angostura.

Así, se convirtió en uno de los mejores y más cercanos lugartenientes de Bolívar, iniciándose entre ellos una duradera amistad. Prosiguió su ascenso militar y para 1819 fue designado General de Brigada por Francisco Zea, presidente del congreso venezolano, y ratificado un año después en su cargo por El Libertador.

Victorias militares y presidencia boliviana

En 1820, como parte del Armisticio firmado entre Bolívar y Morillo, redactó el Tratado de Armisticio y Regularización de la Guerra. Documento que resultó de importancia porque puso fin a la crueldad de la Guerra a muerte y en el Sucre fijó las bases para el trato humanitario que debían recibir los vencidos por parte de los vencedores a partir de cualquier conflicto futuro.

Por ello es considerado como pionero de los derechos humanos. En este sentido, promovió varias políticas: entre ellas la libertad de los esclavos y el reparto de tierras a los indios. No obstante, ante la presión de los peruanos, que se oponían a la independencia boliviana, y a los varios motines que se sucedieron a continuación, el Gran Mariscal de Ayacucho decidió renunciar a la presidencia en 1828.

Se retiró de la vida pública partiendo a Ecuador acompañado de su hija y de su esposa, Mariana Carcelén de Guevara, marquesa de Solanda. Sin embargo ese mismo año la república peruana y la colombiana se enfrentaron por disputas territoriales y, esta última, solicitó nuevamente la ayuda de Sucre. Fue así como en 1829, y a la cabeza de los ejércitos grancolombinos, derrotó a las fuerzas peruanas en la batalla de Tarqui.

Esfuerzos finales por salvar a Colombia y muerte

Y es que como lo expresa muy bien el historiador Tomás Polanco Alcántara, «el símbolo de la continuidad de Bolívar era Antonio José de Sucre. Paulatinamente, por su talento personal, por sus dotes intelectuales y por su espíritu altivo, digno y limpio, Sucre se fue convirtiendo en el complemento indispensable de Simón Bolívar. Respetado por los argentinos, los chilenos y los peruanos, admirado por los bolivianos y quiteños, sin enemigos en Venezuela y en la Nueva Granada y con todos sus antecedentes, Sucre estaba destinado a ser el natural sucesor de Bolívar».

Sin embargo eso no sucedería. De camino a Quito, adonde iba a reunirse con su familia, fue emboscado y asesinado el 4 de junio de 1830 en la sierra de Berruecos, ubicada en Colombia. Se le atribuye su muerte a José María Obando, jefe militar de la provincia de Pasto. Al escuchar las noticias de su muerte Bolívar dijo: «Lo han matado porque era mi sucesor».




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