La imagen de la virgen de Chiquinquirá. (Foto cortesía).

Monseñor Edgar Peña Parra, sustituto de Asuntos Generales de la Secretaría de Estado de El Vaticano, será quien presida la misa solemne que se realizará este viernes en Maracaibo, para celebrar los 80 años de coronación canónica de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá.

Este día también se celebran los 313 años de la aparición de la imagen de esta venerada virgen.

Monseñor Peña Parra, es el tercero en jerarquía en la ciudad del Vaticano, después del papa Francisco y de monseñor Pietro Parolin, secretario de Estado. Es además venezolano, maracucho y está en el país desde el pasado lunes.

Después de dos años sin celebrar la solemnidad de la virgen, por efectos de la pandemia por COVID-19, nuevamente los devotos se reencuentran con la sagrada imagen, en la basílica Santuario de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá y San Juan de Dios, ubicada en el centro de Maracaibo.

Por años, las fiestas en honor a La Chinita, han contado con la participación de una nutrida concurrencia, dado el fervor que sientes los zulianos por su patrona. Por tradición la festividad comienza con una semana de antelación.

La celebración se ha extendido a otras ciudades del país, por lo que este viernes en San Diego, se oficiará una misa en homenaje a La Chinita, a las 5:00 pm.

A la misma hora, en la catedral San José de Puerto Cabello, monseñor Saúl Figueroa, obispo de Puerto Cabello, también oficiará una misa por la virgen de Chiquinquirá.

HISTORIA

Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá es una de las advocaciones con que se venera a la Virgen María en la iglesia católica. Wikipedia reseña que es la patrona y reina de Colombia, del municipio Colombiano de Chiquinquirá. Se la denomina así por el municipio de Chiquinquirá, donde se realizó la primera de sus manifestaciones milagrosa.

En Venezuela, su imagen aparece vívida en la Basílica de Nuestra Señora de Chiquinquirá (Maracaibo) a donde acuden miles de peregrinos, no solo el día de su fiesta patronal el 18 de noviembre, sino todos los domingos, cuando se celebran las misas, seguidas de entusiastas procesiones.

También es la patrona de la Guardia Nacional Bolivariana, por lo que en ese componente militar, también se le rinde tribute este día.

De acuerdo con la tradición zuliana, en el año 1709, la imagen llegó a una humilde lavandera de nombre María Cárdenas, habitante de un barrio humilde de  Maracaibo denominado “El Saladillo”.

La lavandera cumplía su faena en las orillas de lago de Maracaibo, cuando una tablita llegó a sus manos, sin ninguna particularidad que la hiciere especial. La recogió y llevó a su casa, donde la utilizó como tapa de una tinaja de agua.

El 18 de noviembre, cuando la mujer estaba colando café, se dio cuenta que en la tablita había la imagen de una virgen, por lo que  la colgó en la pared.

Luego de un rato escuchó unos golpes como si alguien estuviera llamando. Se acercó para ver lo que sucedía y quedó asombrada ante el brillo que emanaba la tabla, revelando la imagen de Nuestra Señora de Chiquinquirá. Tras la conmoción gritó ¡Milagro! ¡Milagro! Los vecinos acudieron a la casa de la señora y corroboraron la existencia de la sagrada imagen. ​

Se presume que la tabla fue lanzada como despojo en aguas del mar, de un saqueo de algún pirata en el por aquel entonces Virreinato de la Nueva Granada (hoy Colombia) y se desconoce cuánto tiempo pudo estar flotando hasta llegar al lago de Maracaibo.

Luego del portento similar al ocurrido en el vecino Virreinato, se quiso trasladar la imagen a la Catedral de Nueva Zamora de Maracaibo. La Virgen era llevada en los hombros del pueblo, pero la imagen se puso tan pesada que impidió seguir moviéndola.

Finalmente, después de muchos ruegos al cielo y súplicas, uno de los presentes expresó que “Tal vez la virgen no quiera ir a la iglesia matriz y prefiera la de San Juan de Dios”. Entonces la procesión cambió su rumbo hacia la iglesia de la gente humilde de la ciudad y la imagen recuperó su peso normal.

Desde ese día La Chinita protege  al pueblo zuliano desde su templo, hoy consagrado como basílica.

 

 




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