Hoy nos toca hacer un paréntesis para honrar la memoria de un grande del empresariado venezolano, promotor industrial, líder de los gremios y persona íntegra en todas las actuaciones que le conocí. Cuando hago un recuento de quienes influyeron en mí, sirvieron de ejemplo y ayudaron a echar las bases de la gran pasión que siento por lo que hago profesionalmente, la total dedicación a promover y propender al éxito del sector productivo, no puedo menos que recordar el patrón de conducta de ese “roble” y modelo a seguir, como lo fue Don Adán Celis González.
Nunca olvido aquella noche de 1988 en la Asociación de Ejecutivos de Carabobo cuando siendo yo todavía un junior profesional, había recibido una invitación de Cosme Liccardo Galli y demás miembros de la directiva de la AEEC y me preparaba para dictar una conferencia sobre la situación de la economía venezolana, cuando justo al llegar al podio…se fue la luz, quedando a oscuras aquel gran salón con más de 200 asistentes bien trajeados y expectantes, iluminado tan solo por una única lámpara de emergencia al fondo del local.
Adán Celis había sido invitado a conformar el presídium y mientras esperábamos que restablecieran el servicio eléctrico me dijo, “mira hijo, toda esta gente que está hoy aquí vino a oírte hablar a ti y no es culpa de ellos que no haya luz; además, cuando yo cerré mi campaña para la presidencia de Fedecámaras se fue la luz y yo di mi discurso de clausura a oscuras y gané las elecciones, así que párese y hable”. Su estilo era así de llano y así de directo; pues nada, con ese espaldarazo bajé de la tarima y di mi charla sin sonido y sin poder leer las notas que llevaba preparadas. La conferencia resultó un resonado éxito y para siempre quedó grabado en mi recuerdo el apoyo y la confianza de Don Adán Celis aquella noche.
Compartimos en varias oportunidades, como la organización de una de las últimas asambleas de Fedecámaras que se dio en Valencia, él como expresidente y yo como miembro del comité organizador y en algunas otras actividades gremiales similares.
Su posición ante cualquier asunto era siempre recta, clara y enfocada en el beneficio del sector empresarial. Esa dedicación continua y desinteresada eran para mi fuente de inspiración y recuerdo que pensaba, si este señor que ya fue presidente del máximo ente gremial del país sigue trabajando a diario para apoyar y contribuir, todos los demás debemos seguir su ejemplo.
Hoy, cuando veo la foto de ambos juntos, sonriendo al final de la charla de esa noche del 1988 y leo que falleció uno de mis mentores, no puedo menos que reconfortarme en saber que su trayecto dejó grandes huellas entre aquellos quienes de él aprendimos como hacer las cosas, a hacerlas bien y a hacerlas por el bien del empresariado, de forma siempre correcta y absolutamente desinteresada.
Descanse en paz Don Adán Celis Gonzáles, que bien se lo merece. Mis sinceras palabras de condolencia sus familiares y amigos cercanos. Yo disfruté mucho de él en cuanto a lo que me correspondió compartir.