La principal vía de exposición humana es el consumo de pescado y marisco contaminados con metilmercurio.
«El mercurio es tóxico para el ser humano, la fauna, la flora y todo el ecosistema», detalla en una entrevista con Infosalus la presidenta del Consejo General de Colegios Oficiales de Dietistas-Nutricionistas, Alma Palau, que agrega que «en altas concentraciones puede ser mortal».
El metilmercurio es un complejo orgánico formado por la actividad bacteriana y es la forma en que el mercurio se encuentra en la cadena alimentaria, explica Palaua al portal Econoticias.com.
Se acumula, sobretodo, «en animales acuáticos, tanto de río como de mar, por su especial capacidad de acumulación», señala la experta, que añade que este fenómeno se denomina bioacumulación.
Además, «hay mayor concentración en los animales marinos que se alimentan de otros animales marinos, así cuanto más alto se está en la cadena alimentaria, mayor es la concentración de metilmercurio», continúa la presidenta del Consejo General de Colegios Oficiales de Dietistas-Nutricionistas.
En este contexto, los pescados con mayor contenido en metilmercurio son, según la experta, el pez espada, el tiburón, el atún rojo y el lucio. La Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, por sus siglas en inglés). Señala que España, Italia, Francia y Grecia son los países que más ingesta de metilmercurio realizan.
Sin embargo, desde 2001 está vigente en Europa el límite de metilmercurio presente en pescados para su consumo, siendo el máximo permitido 1microgramo por kilogramo de pescado en el caso del rape, bonito, fletán, rosada, marlín, gallo, salmonete, besugo, tiburón, atún, pez espada y esturión, entre otros, apunta Palau.
Embarazadas, lactantes y menores de tres años
El metilmercurio «es especialmente peligroso para embarazadas, lactantes y menores de cero a tres años», indica la experta, que expone la recomendación de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) y de la EFSA para su consumo.
En el caso de las mujeres embarazadas y los niños hasta tres años, AESAN aconseja que «se debe minimizar al máximo el metilmercurio, evitando las especies animales con mayor concentración y no superando la ingesta semanal tolerable, que la EFSA marca en 1,3 microgramos por kilogramo de peso corporal», especifica Palau.
Por su parte, para los niños entre los tres y los doce años, la recomendación de la AESAN «es limitar el consumo de estos pescados a 50 gramos a la semana o 100 gramos cada dos semanas», completa la presidenta del Consejo General de Colegios Oficiales de Dietistas-Nutricionistas.
Además, «cuanto más pequeña sea la especie que consumimos, menos riesgo habrá de acumulación de metilmercurio por efecto de la cadena alimentaria», precisa Palau.
Pero Palau llama a la calma y agrega que la recomendación, alineada con la de la OMS y la AESAN, es «promover el consumo de pescado en la dieta por sus altos beneficios, superiores a su riesgos».
En concreto, se refiere a su proteína de alto valor biológico, sus grasas cardiosaludables y la presencia de nutrientes esenciales como el yodo, el selenio, el calcio y las vitaminas A y D. «Tanto en embarazadas como en niños», puntualiza la experta.
Con información de econoticias.com
 considera el mercurio como uno de los diez productos químicos que plantean especiales problemas de salud pública.){kind=link}