(Foto referencial)

Dos hombres cayeron abatidos la madrugada de este martes en enfrentamientos sostenidos con funcionarios policiales en el sector Terrazas de El Rodeo, en Guatire, estado Miranda, en las investigaciones relacionadas con el asesinato de dos adolescentes, de 14 y 16 años, hijos de una oficial de la Policía de Zamora.

Los cuerpos torturados, con señales de ajusticiamiento, heridas de bala y por arma blanca, fueron localizados la mañana del lunes en un camino de tierra que conduce a Las Terrazas de El Rodeo. Los muchachos no eran de esa zona, vivían en el barrio El Rodeo, ubicado en la entrada de los penales El Rodeo I y II, a un kilómetro de distancia, de donde fueron sacados por la fuerza.

Para el momento del secuestro la madre no estaba en la casa. Ella se enteró de la tragedia a las 10 de la mañana, al recibir una llamada mientras recibía clases en la Unes de Catia, en Caracas.

Los vecinos que pasaban por la zona a partir de las 5 de la madrugada para ir a sus trabajos, observaron los cuerpos. Algunos moradores estaban alertados porque a la 1:00 de la madrugada escucharon las ráfagas de tiros.

Al sitio acudieron comisiones de la Policía de Zamora, DGCIM, PNB, Sebin, PoliPlaza y Cicpc, para iniciar las averiguaciones e identificar a los responsables.

El comisario Modesto Trocel, director de la Policía de Zamora, informó que tras recibir la novedad a las 7 de la mañana, se desplegaron las comisiones para esclarecer el caso.

En el sitio del hallazgo colectaron numerosas conchas de bala y dos cuchillos, evidencias de que fueron asesinados allí. De acuerdo con la posición de los cuerpos, los mataron arrodillados.

Inicialmente sospechaban que podía tratarse de una venganza contra la madre, por ser funcionaria policial, pero han surgido otras conjeturas, que vinculan a los adolescentes con sus victimarios.

Jarson Espinoza, apodado “el guillo”, fue uno de los dos abatidos y el otro no ha sido identificado. Hay un detenido y buscan a otros dos que están en fuga. Una pistola calibre 7.65 fue colectada.

Vecinos de la zona aseguraron que Espinoza era un hombre sano, que trabajaba como vigilante en una escuela, pero las autoridades manejan elementos que lo comprometen con este caso porque supuestamente actuó como “campanero”, mientras los otros cometían el delito él estaba alerta para avisarles si se aproximaba alguna unidad policial.




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