Abel Pintos (Foto Cortesía)

En apenas dos meses, Abel Pintos será padre por primera vez y Agustín, su bebé, ya le ha servido de inspiración. Una noche soñó con él y al día siguiente compuso Piedra libre, una canción en la que refleja, según revela a Efe, la etapa más grandiosa que haya vivido nunca en sus 36 años.

La música sigue resultando para mí una herramienta mágica con la que poder ordenar un montón de emociones que dentro mío no logro ordenar, cuenta por videollamada el cantautor argentino, que en su cuarto de siglo de carrera musical ha publicado doce discos y grabado duetos con artistas como Malú, Rozalén, Ana Belén y Carlos Rivera y grupos como Los Ángeles Azules y La Oreja de Van Gogh.

La pandemia del coronavirus y su paternidad han avivado su ya de por sí prolífica pluma como compositor. Y en estos meses ha escrito mucho, incluida Piedra libre, que compuso con su hermano Ariel y fue elegida nuevo single de su futuro álbum, el décimo de estudio.

Viene a ser la canción que refleja de un modo mucho más literal que en otras oportunidades la etapa más grandiosa, con todo el significado de la palabra, que yo haya vivido nunca hasta ahora en mi vida, remarca el músico de pop y folclore, nacido en la localidad costera bonaerense de Bahía Blanca en 1984.

Un sueño convertido en canción

Con un revelador estribillo -«Solo pienso en ti, y en la libertad de abrazarte. Y ya no puedo esperar a que estés aquí»- Abel desnuda su alma en el tema: «Es una canción que escribo a raíz de un sueño que tengo en el que juego a las escondidas con Agustín, con mi hijo. Lo escucho correr por la casa, cerrar puertas, esconderse en placares, y cuando voy a buscarlo nunca lo encuentro».

Y ese sueño, con todos sus detalles, se convirtió también en videoclip, en el que, con un concepto muy casero por las restricciones de la pandemia, el propio Abel se pone de nuevo bajo la batuta de Agustina Tafet, quien ya dirigió el video de su anterior single, El Hechizo, que grabó junto a la española Beatriz Luengo.

Si bien el nuevo disco se iba a publicar en mayo pasado, la COVID-19 lo pospuso y se optó por ir adelantando algunas de sus canciones hasta que se dé el momento oportuno para presentar el trabajo al completo.

Por lo pronto, el sábado pasado el cantante volvió a subirse a un escenario de Buenos Aires, por primera vez desde que comenzó la pandemia, para desgranar sus viejos y nuevos éxitos; sin público físico pero con 20 mil siguiéndolo por streaming y otras 15 mil que lo escucharon gratis a través de Radio Nacional.

Nacido para cantar

Abel Pintos dio su primer concierto en el escenario de su escuela, cuando era un niño. Y ese día, en el que se conmemoraba el aniversario de la muerte del prócer José de San Martín, es el que guarda con más cariño de sus 25 años de trayectoria.

Fue una experiencia fascinante en muchos sentidos para mí. Recuerdo perfectamente lo que sentí en el cuerpo cuando bajé de ese concierto y pensé que yo quería hacer eso toda mi vida, revela.

Ya en 1997, con 13 años, sacó su primer disco, Para cantar he nacido. Aún con voz infantil, en esa carta de presentación se sumergía en el folclore argentino que tanto cultivó en sus inicios, influenciado por la obra de Mercedes Sosa, su máximo referente musical.

Todos los pasajes más significativos de mi vida han quedado reflejados en canciones porque yo elegí desde muy niño la música como un idioma para poder expresar mis emociones más profundas, argumenta.

Y fue en 2007, con la voz más aguda, perfilada y cercana a lo que es hoy, cuando publicó La llave, su sexto álbum, que incluye la canción del mismo nombre, seguramente su mayor éxito hasta el momento.

Es la canción que temprano en la vida me hizo saber que ya había escrito una canción que me va a trascender en el tiempo. Tengo mucho más por hacer, ojalá haga miles de esas canciones, pero ya sé que una hice, y me llena de felicidad, remarca.

Compartir la música

Convencido de que la música es mucho más linda si es compartida, Pintos ha hecho duetos con grupos y cantantes de un lado y otro del océano, muchos con los cuales mantiene amistad, como los españoles India Martínez, Diego Cantero y Rozalén, a quien considera como una hermana.

Destaca como especial a su compatriota Pedro Aznar: «compartimos muy poquitos momentos y siempre fueron musicales. Y sin embargo existe entre nosotros como un afecto tácito que a mí me llena de alegría porque me permite, por sobre todas las cosas, seguir viéndolo más como fan de su música que como artista colega», afirma.

Cada vez que canto con Pedro, lo miro y como que me estoy desmayando al mismo tiempo, dice entre risas.

En alrededor de dos meses, Mora Calabrese, novia de Abel, dará a luz a Agustín y la vida de ambos cambiará para siempre.

Creo que todas mis expectativas, mi foco y mis ambiciones y prioridades se han modificado en mi vida por ser padre, concluye el dueño de unos agudos privilegiados que él mismo atribuye no solo a una cuestión biológica, sino también a años de estudio y entrenamiento vocal.




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