El cielo se preparaba para recibir el ocaso, el elevado del Distribuidor el Trigal temblaba por la velocidad de los carros y el viento fuerte por la altura. El sonido de las cornetas, el juego de luces y una pequeña hilera de carros se hacía cada vez más larga para fotografiar y saludar a una heroína que decidió protestar pacíficamente acompañada por su bandera tricolor.
Blanca Mercote, una abuelita de 67 años de edad, con mejillas rosadas por los rayos del sol que la cubrieron durante su estadía en el elevado, decidió salir hoy en forma de protesta porque sus rodillas artríticas no le permiten marchar. Con su acento argentino venezolano contó que estará dos horas en las mañanas y dos horas en las tardes, como una manera única de protesta.
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Quienes pasan por allí se sonríen al ver a una heroína con su capa tricolor colgada en la reja de seguridad del puente. Otros, sin embargo, se sorprenden al no creer que una señora mayor está sola, parada, saludando a todos los carros que desde abajo se las ingenian para respaldarla.
Madre de tres hijos, abuela de tres tesoros, argentina de nacimiento pero venezolana de corazón. Llegó al país el 2 de agosto de 1967, cuatro días después del terremoto de Caracas. Entre carcajadas dice ser más venezolana que argentina.
Al preguntársele acerca de lo que piensa su familia por lo que ella hace, comenzó a reírse. «Mi hijo me dice que me van a asaltar y yo le respondo: pero si no tengo nada, qué me van a robar».
Quiero decirle a todos los venezolanos que salgan y defiendan a Venezuela, porque en 55 días no vamos a tener país, sino un presidente por 20 años y una constitución que nos va a quitar todo.
Las marchas, plantones y todas las convocatorias de la Mesa de la Unidad Democrática, a su juicio, está bien. Hay que salir y protestar. Yo me quedo con mis nietos para que mis hijos salgan y cuando ellos están en la casa aprovecho de salir, comentó con sonrisa de orgullo.
Su mayor miedo es que la gente no se de cuenta que perdererán al país en 55 días. Desde 1998 decía a todos que algo pasaría. «Yo nunca creí en Chávez, él era un dictador y después con Maduro, ese también lo es». Las personas le decían, en tono de fastidio que eso no pasaría.
Mercote es una convencida de que la Constituyente dejará sin nada a los venezolanos y que el país se convertirá en una sucursal de Cuba. «Mis nietos no serán míos, sino serán del Estado, yo me quedare sin familia, no quiero que mis dos hijos se vayan, así como mi hija que está en México».
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A Dios y a la Virgen le pide siempre que una a su familia, que los haga felices pero sobre todo que Venezuela sea libre y que mis rodillas no me duelan más.
La heroína de El Trigal estará presente allí todos los días. Ella invita a quienes quieran llegar, serán bien recibidos. «Me quedé sorprendida, hasta la policía me tomaba fotos», comentó asombrada y con esa gran sonrisa,su mejor accesorio.
