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Tras un año de pandemia, la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur) ha expresado su preocupación por el impacto de la COVID-19 en la educación de los menores en los campos de refugiados, sobre todo de las niñas, que teme no volverán al colegio cuando la crisis sanitaria termine.

«Muchos de estos menores no volverán al colegio porque, como resultado de un año perdido de educación, se han producido, por ejemplo, en el caso de las niñas, muchos matrimonios forzados», lamentó el alto comisionado auxiliar para las operaciones de Acnur, Raouf Mazou.

El responsable de Acnur explicó que en algunos lugares de Oriente Medio los padres de refugiados admiten que aunque los colegios abran no podrán permitirse mandar a las niñas a la escuela.

Las clases resultaron suspendidas cuando comenzó la pandemia y algunos colegios reconvertidos a centros de aislamiento para pacientes con COVID-19.

Acnur ha conseguido asistir desde el comienzo de la crisis sanitaria a 934 mil niños en 74 países con sistemas innovadores para que continuasen la educación desde casa, como las radios locales o internet, lo que está siendo muy difícil en los campos de refugiados, sobre todo en zonas rurales.

Se trata de países donde el acceso a la educación ya era un desafío antes de la pandemia, y, de hecho, en ellos la mitad de los niños refugiados en edad escolar no asistía al colegio.

Abandono de estudios

Incluso entre las pocas niñas que sí están escolarizadas en educación secundaria Acnur teme que la mitad corren riesgo de abandonar sus estudios.

En el mundo hay ochenta millones de personas desplazadas forzosamente, de los que veintiséis millones son refugiados que viven en zonas donde las infraestructuras de salud y de educación son muy básicas, y que perdieron sus ingresos cuando empezó la crisis sanitaria debido al confinamiento.

Acnur aseguró que ahora mismo ya tienen suficientes equipos de protección (mascarillas, trajes especiales…) para atender a estas comunidades y a su personal, pero añadió que lo que realmente hace falta son pruebas de diagnóstico, tratamientos e infraestructuras que faciliten el aislamiento en caso de contagio.

Hasta ahora se estima que se han infectado de coronavirus unos 63 mil refugiados en todo el mundo.

Con respecto a la vacunación, 106 países aseguraron que van a incluir a los refugiados en sus campañas de vacunación, y Acnur pidió que los sanitarios dentro de estas comunidades también sean considerados prioritarios.

Para afrontar los problemas que la pandemia ha generado en los refugiados y desplazados de todo el mundo, Acnur ha pedido a la comunidad internacional una ayuda suplementaria de 455 millones de dólares. EFE




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