El negocio de vender productos colombianos en Venezuela. (Foto: La Opinión)

En las trochas fronterizas entre Venezuela y Colombia, funcionan «aduanas» ilegales que cobran por el ingreso de mercancía de contrabando.

En el local donde trabaja Neisa Palma, primero vendían ropa y calzado, pero al ver que eso ya no dejaba las ganancias esperadas, decidieron cambiar y ahora ofrecen productos colombianos, que hoy están en auge, no solo en las poblaciones fronterizas, por el lado venezolano, sino también mucho más allá, como en San Cristóbal, en el estado Táchira.

Según Palma, la iniciativa de ampliar la oferta comercial surgió por la crisis porque desde el 2015 los productos venezolanos casi no se consiguen, por lo que empezaron a ofrecer mercancía colombiana para ampliar el negocio y ahora, aunque la oferta venezolana ha mejorado, la gente se habituó al producto colombiano, reseñó La Opinión.

Los productos preferidos por los compradores venezolanos son leche líquida, harina de trigo, arroz, papel higiénico, detergentes, perfumería y medicamentos, según se pudo establecer en diferentes puntos de la frontera, reseñó La Nación.

Esta situación demuestra que el contrabando cambió de dirección. Hasta hace un poco más de cinco años a Cúcuta y el área metropolitana llegaba gran cantidad de mercancía venezolana, por los bajos precios, pero ante la crisis económica que se vive en el país ese mercado se acabó y ahora las grandes mafias se mueven de Colombia hacia Venezuela

¿Pero cómo hacen para que las mercancías lleguen desde Cúcuta hasta las poblaciones venezolanas, a pesar del control en los puentes binacionales y que la frontera esté cerrada?

Palma -coincidiendo con las autoridades colombianas- aseguró que todo se da a través de una red de distribución que comienza en las trochas y pasa por mayoristas y distribuidores hasta llegar a los establecimientos que, como el de ella, los ofrecen al público de manera detallada.

Esa red de distribución arranca con la adquisición de los productos colombianos en La Parada, en Villa del Rosario; corregimiento Aguaclara, área rural de Cúcuta; en la zona céntrica de la capital nortesantandereana, o en Puerto Santander.

Por estas poblaciones se puede ver una gran oferta de mercancía colombiana, a muy buenos precios, como lo pudo comprobar un equipo periodístico de La Opinión que recorrió algunas de estas zonas. En Aguaclara, por ejemplo, se observó que constantemente llegan camiones, tractomulas y camionetas cargadas de esos productos, llenando las estanterías de la veintena de negocios que se formaron desde hace más de un año.

Un habitante de este punto de la zona rural de Cúcuta también aseguró que en las madrugadas se escucha el movimiento de muchos camiones que van hacia las trochas de la frontera, donde descargan los productos que luego son vendidos al por mayor en los establecimientos del lado venezolano.

Pero en La Parada o en Puerto Santander también hay un gran surtido. Los precios son un poco más bajos que en los supermercados de Cúcuta y eso ha llevado a que el flujo de venezolanos por las trochas sea constante y sin importar el riesgo que corran o el dinero que tengan qué pagar.

Saúl Moncada, encargado de un local de venta al mayor y detal de estos productos colombianos, cree que lo que más motiva a los compradores en Venezuela son los precios. Y es que, según explicó Moncada, a pesar del pago por las trochas y las ‘alcabalas’ ilegales de la frontera, esos costos son menores que lo cobrado por un transportista de ese país para movilizar las mercancías desde Caracas o Valencia hacia el Táchira.

Al ser una distancia corta, la cantidad de pagos disminuye y resulta más económico, entonces un producto colombiano traído de Cúcuta vale menos que uno venezolano, que viene desde el centro del país. Aunque para nadie es un secreto que muchos productos venezolanos son de mejor calidad, la gente prefiere los colombianos por su menor precio, explicó.

La gobernadora del Táchira, Laidy Gómez, recientemente denunció que en los pasos irregulares de la frontera hay funcionarios de las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES) y de la Policía Nacional Bolivariana que cobran por dejar pasar esas mercancías que terminan en las estanterías de los locales venezolanos.

La mandataria le solicitó a Freddy Bernal, diputado a la Asamblea Nacional, que esos recursos sean invertidos en la salud de los tachirenses.

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