Algunos gobiernos de la América Latina han menospreciado públicamente a las ciencias sociales, al considerarlas como no prioritarias para el desarrollo de nuestras naciones.

En la Argentina, por ejemplo, durante la gestión de Mauricio Macri se restringió el ingreso a la carrera de investigador en el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, a profesionales vinculados a estas áreas.

En Brasil, Bolsonaro disminuyó los presupuestos para centros de investigaciones sociológicas y antropológicas y más recientemente en Venezuela, se comenzó a debatir sobre las carreras prioritarias para desarrollo del país, en donde lo técnico pareciera imponerse.

En todos los casos, se olvida que los cambios vertiginosos que enfrenta la humanidad, necesitan una descripción y explicación desde esta rama del saber.

A pesar de la irrefutable vigencia y relevancia de las ciencias sociales, nos asombra apreciar como asesores de algunos gobiernos, tanto de la derecha como aquellos que dicen ser progresistas, padecen una mutilación cerebral que les impide ver la influencia en las agendas públicas -por ejemplo- de las investigaciones desarrolladas en este campo.

Son las ciencias sociales las que han visibilizado las grandes desigualdades socio-económicas que enfrenta la región, asuntos relacionados a la violencia política y de género, migración interna y externa, diversidad sexual, conflicto raciales, étnicos y religiosos, problemáticas  indígenas, brecha tecnológica, familia, trabajo y gestión de la salud, incluso en tiempos de pandemia.

Como vemos, las ciencias sociales tienen la oportunidad de mostrar una serie de temáticas que inciden en la agenda pública, de modo que, quienes ejercen el poder bajen de sus pedestales y atiendan realmente las necesidades de la población, pues lo que observamos, describimos y analizamos como cientistas sociales, se convierte en insumo para que el planeta del que formamos parte sea un espacio mucho más digno.

Sin embargo, pareciera que reflejarproblemas sociales no es prioritario desde los gobiernos de turno,tomando en consideración que también sería visibilizar plasmar las ineptitudes del propio sistema.

El asunto va más allá. En el contexto venezolano, a pesar de la crisis venezolana, las universidades deben retomar la responsabilidad de formar e impulsar el trabajo de los cientistas sociales.

Sabemos que, en el caso de las instituciones públicas, asfixiadas y sin recursos de ningún tipo, es muy complicado producir conocimiento. Pero hay que evitar el oscurantismo y buscar las formas.

En lo que a las universidades privadas se refiere, algunas han reconocido y asumido el compromiso histórico que representa investigar en la esfera de lo social en la actualidad.

En la Universidad Arturo Michelena, por ejemplo, hemos reactivado el Centro de Investigaciones de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales, dando pequeños pasos en la formación de científicos y en la producción de conocimiento.

El CIFACES, con líneas de investigación muy diversas, se proyecta como una dependencia que pueda establecer puentes y logre visibilizar, asuntos que convierten a la investigación social en un tema de primera necesidad.

Además, trabajamos en la visibilización del conocimiento, considerando que es sumamente necesario, que estos trabajos no se quedenarchivados en dispositivos electrónicos.

Deben salir a la luz, mostrar realidades, convertirse en fuente de interesantes debates e incidir, de ser pertinente, en los diseños de políticas públicas de los gobiernos municipales, estadales y nacionales.




Estimado lector: El Diario El Carabobeño es defensor de los valores democráticos y de la comunicación libre y plural, por lo que los invitamos a emitir sus comentarios con respeto. No está permitida la publicación de mensajes violentos, ofensivos, difamatorios o que infrinjan lo estipulado en el artículo 27 de la Ley de Responsabilidad en Radio, TV y Medios Electrónicos. Nos reservamos el derecho a eliminar los mensajes que incumplan esta normativa y serán suprimidos del portal los contenidos que violen la Constitución y las leyes.