La salud de los habitantes de Santa Rosa está en riesgo por los botes de aguas negras en la avenida Ramírez que afecta a la comunidad desde hace ocho años.
Niños y adultos mayores han sufrido dolores de cabeza, náuseas, alergia y diarrea a causa de las cloacas y su olor insoportable. “Aunque cierre la puerta y las ventanas es como si tuviese el bote dentro de la casa. La ropa, las sábanas, todo huele a podrido”, señaló María Ojeda, madre de dos pequeñas enfermas por el hedor de las aguas que corren frente a su casa.
En la calle predominan los huecos tras intentos de reparaciones que no lograron solucionar la problemática. Ante la desidia, algunos vecinos tuvieron que romper sus aceras hasta encontrar la tubería por la que se filtraban las aguas servidas. “Hubo que reventar el cachimbo porque las aguas negras estaban saliendo por el patio”, explicó Mayerlin Carrillo.
Varias cuadras más arriba, Iveth Martínez tuvo que hacer lo mismo que Carrillo porque las cloacas brotaban por el piso de su vivienda. Teme que en algún momento se le venga la casa encima porque las paredes agrietadas están cada vez más deterioradas a causa de la humedad.
Cuando el día es caluroso y el olor se intensifica, Iveth se llena de impotencia. Lo único que puede hacer es verter litros y litros de cloro y desinfectante en su frente para aminorar la putrefacción. “A veces contrato a un muchacho para que me limpie y corra el agua, pero al rato es igual: agua de cloacas”.
Desamparados
La comunidad se siente desamparada. Ha solicitado ayuda a las autoridades en reiteradas ocasiones sin éxito y la única vez que Hidrocentro les envió un camión vacum no pudieron solventarles.
El personal de la compañía estatal habría justificado que el problema era más grave: las tuberías de la calle están rotas y necesitan ser reemplazadas primero. “Nos dijeron que teníamos que abrir la calle entre todos para ver cuantos tubos debíamos comprar. En esta situación, ni siquiera preguntamos cuánto nos costaría todo eso”, explicó Ojeda.
Ambulatorio en riesgo
Los habitantes de la avenida Ramírez de Santa Rosa también están preocupados por el ambulatorio Dr. Manuel Barreto Lima, que también se ve afectado por las cloacas.
La directora del centro de salud, Yomitza Valladares, exigió a las autoridades atender la problemática. “Esto nos perjudica muchísimo y se nos escapa de las manos. Por eso hago un llamado a los consejos comunales y a los entes gubernamentales. Recuerden que perder un centro de salud es perder una vida”.