Al menos once civiles murieron este sábado por bombardeos turcos contra la ciudad siria de Afrín, objetivo de una ofensiva de Turquía, mientras huían hacia zonas controladas por las fuerzas gubernamentales sirias.

El Observatorio Sirio de Derechos Humanos informó de que los bombardeos de las fuerzas turcas impactaron en un coche y un tractor, lo que provocó la muerte de al menos once civiles mientras se dirigían hacia los pueblos de Nubul y Al Zahrá, cerca de Afrín y ubicados también en la provincia siria de Alepo.

Ayer al menos dieciséis civiles, entre ellos varios niños, murieron por fuego turco en el principal hospital de Afrín, según la agencia oficial de noticias siria SANA, una información desmentida por el Ejército turco.

El director del centro, Joan Mohamed, dijo a la agencia que los bombardeos turcos causaron grandes daños al hospital, lo que provocó que esté desde ayer fuera de servicio.

Con esta cifra de muertes aumenta a 281 personas, entre ellas 43 menores y 28 mujeres, las que han perecido desde el pasado 20 de enero, cuando las tropas turcas y facciones sirias leales lanzaron una ofensiva bajo el nombre Rama de Olivo con la intención de dominar todo el enclave kurdosirio, según el Observatorio.

Además, la ONG elevó a 200 mil los civiles que han abandonado sus hogares en los últimos tres días por los continuos bombardeos y disparos de artillería de las tropas turcas.

El Observatorio calificó de situación catastrófica la que viven los desplazados por la ausencia de las ayudas humanitarias y añadió que la mayoría de ellos viven a la intemperie.

Las fuerzas del régimen sirio impiden a los desplazados llegar a la ciudad de Alepo, capital de la provincia homónima, porque han impuestos controles y barreras que para cruzarlos tienen que pagar un soborno de mil dólares, según el Observatorio.

Igualmente, la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos denunció ayer que los combatientes kurdosirios que luchan en Afrín no dejan tampoco a los civiles escapar de la ciudad.

La huida se produce por los combates violentos que continúan entre la milicia kurdosiria Unidades de Protección del Pueblo (YPG, en sus siglas en kurdo), que dominaba Afrín, contra las tropas turcas y facciones leales en los accesos septentrionales y occidentales de la urbe de Afrín, indicó el Observatorio.

El Gobierno turco considera terroristas a las YPG por sus vínculos con la guerrilla kurda presente en su territorio, el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).




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