Al menos ocho personas murieron este viernes y varias resultaron heridas por el impacto de proyectiles de mortero y por la explosión de bombas dejadas por los rebeldes en la ciudad siria de Alepo, retomada por las fuerzas gubernamentales.
En un primer ataque entre siete y nueve cohetes impactaron en la zona de los «3.000 Apartamentos» en el distrito residencial de Al Hamdaniya, en el suroeste de Alepo, causando la muerte a al menos tres personas y heridas a otras once, según dijo a Efe un testigo.
Una vecina de ese barrio, Rasha Nahhad, lamentó en declaraciones a Efe que, por desgracia, sus miserias no han acabado aún: «Sabía que la crisis no había acabado para nosotros, la gente que vive en la parte occidental de la ciudad», se quejó.
Horas más tarde, otros cinco morteros lanzados desde el barrio de Al Zahra cayeron en la vecindad de Shahba, en el oeste de la urbe, provocando un número aún indeterminado de víctimas y daños materiales, según pudo comprobar Efe.
Una fuente militar aseguró que otros cinco civiles murieron cuando inspeccionaban sus casas en Ansari, uno de los barrios del este de Alepo que acaba de ser arrebatado por las fuerzas gubernamentales a los rebeldes.
Los explosivos supuestamente fueron dejados por los insurgentes que fueron evacuados de la ciudad en los últimos días, según la misma fuente.
Estos ataques se producen menos de 24 horas después de que Alepo fuera declarada «segura» por el Ejército sirio, tras el fin de la evacuación de los rebeldes de los últimos territorios que tenían en su poder en la mitad oriental.
Anoche, tras culminar la evacuación, la Comandancia Suprema de las Fuerzas Armadas Sirias proclamó «el regreso de la seguridad a la localidad de Alepo tras liberarla del terrorismo y de los terroristas», en un comunicado publicado en medios de comunicación oficiales.
El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) confirmó hoy que el proceso de evacuación de civiles y combatientes del este de Alepoterminó anoche y que de allí salieron un total de 35.000 personas.
