Hoy, por razones de diversa índole, nos vemos en la necesidad de tomar el  titulo a un artículo escrito hace cierto tiempo. En primer lugar, porque se realizará un concierto en Los Caobos, al sur de nuestra ciudad,  como un sincero y sentido homenaje a TODOS esos jóvenes que han ofrendado sus vidas para lograr un país mejor, libre, prospero y digno. Hoy, en lugar de un minuto de silencio, escucharemos las voces limpias de la esperanza cargadas de sentimiento, por todos esos héroes  del asfalto, que batallaron en las calles para impedir que les expropiasen el futuro. Esos  jóvenes que tomaron conciencia  de su lucha, que no escucharon esos desentonados cantos de sirena  que trae consigo esa fraudulenta constituyente.

a esos muchachos y a todos cuantos hacen de la calle su santuario de resistencia

Algo bueno tiene que pasar es una de las baladas que seguramente hará parte de ese magistral repertorio que presentaran “Las Brujas y Zuzom” en este emotivo reconocimiento a esos muchachos y a todos cuantos hacen de la calle su santuario de resistencia,  su espacio de rebeldía inteligente, pero también de la imaginación crítica, de permanente inconformismo, del reclamo, la protesta, la manifestación, sin caer en la irresponsabilidad y el aventurerismo, cumpliendo cabalmente con una verdadera función social. Y esto, estos muchachos lo tienen muy claro. Como claros están que no pueden conformarse con lo que lo que hoy se les presenta como país; o la diáspora o el desempleo y la frustración  pues saben que hay opciones distintas para superar las crisis por las que estamos pasando. Luego, algo bueno tiene que pasar, pues estos jóvenes han demostrado con tenacidad, coraje y compromiso que no están dispuestos a ceder su derecho a retomar espacios perdidos,  sin violencia, sin insultos y sin ligarse con los compromisos y sesgos de la política acomodaticia, en virtud a que estos muchachos han tomado conciencia que la responsabilidad de la solución de los problemas del país está en sus manos, y ya no la pueden eludir, ni obviándola, ni buscando quien la asuma por ellos.

Algo bueno tiene que pasar… ¿Mucho optimismo apresuradamente ingenuo? La crisis, que en cualquier dimensión que sea, ya toca la puerta y el corazón de cada hogar venezolano, y es la misma magnitud de la  crisis la que nos indica que se hace urgente que algo bueno aparezca en el horizonte, allá donde se unen el mar y el cielo, donde van llegando nuestras arrecheras, lamentos y súplicas, pues no tiene sentido ni se justifica continuar subiendo y bajando en la espiral de la desesperanza aprendida. Basta ya del aquí no pasa ni pasará nada, ya esta bueno de “el pueblo a todo se acostumbra”, pues TODOS sabemos la fatalidad que se cierne con ese parapeto de constituyente.

Algo bueno tiene que pasar pues ya la ciudadanía, en su gran mayoría no acepta más mentiras, ni se deja llevar por cantos de sirena mal entonados por un aprendiz de dictador, que pretende resolver los problemas a punta de insultos, atropellos, burlas bailes balurdos y brutal y desatada violencia de sus esbirros.

Cuando logremos, ENTRE TODOS, revertir ese fatalismo trascendente y logremos soldar tan tremenda fractura, pues nos uniremos a ese coro de ángeles que tan oportunamente recuerda a Yordano, y con genuina alegría cantaremos… ¡algo bueno tiene que pasar!

 

 




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